Ulrikke Høyer, una joven modelo danesa que antes ha sido tenista profesional y que recientemente ha hecho trabajos para firmas de moda y revistas en todo el mundo es la nueva víctima de los principios estéticos y nefastos de la industria de la moda.
La joven danesa estaba lista para participar del desfile de Louis Vuitton de alta costura que se desarrolló en Japón, sin embargo, fue despedida un día antes del evento, tras realizar la prueba de vestuario.
Høyer, de 20 años, lleva apenas una talla 34 pero según la directora de casting de Ashley Brokaw necesitaba “beber únicamente agua las próximas 24 horas” si quería subirse a la pasarela.
Hoyer mide 1,78 de altura y sus medidas son 79 de pecho, 61 de cintura y 86 de caderas, por los datos de su ficha profesional (91,5 de caderas, según lo medido recientemente por su agencia en Dinamarca).
“Acabo de regresar de Tokio/Japón, donde Louis Vuitton organizó un hermoso espectáculo de cruceros en Kioto, pero yo no llegué a asistir porque me prohibieron ir al evento por ser ‘demasiado gorda’. (Uso una talla 34-36). Alexia, la encargada de casting de Ashley Brokaw, dijo que había tenido algunos problemas durante el fitting. Según ella tenía “un estómago muy hinchado”, “cara hinchada”, y me instó a morirme de hambre con esta declaración: “Ulrikke necesita beber sólo agua las próximas 24 horas”. Me quedé en shock cuando lo escuché.
Me desperté a las 2 de la mañana y estaba muy hambrienta. El desayuno empezó a las 6:30 am – comí lo mínimo. Tenía miedo de encontrarme con Alexia pero por suerte no apareció hasta las 8, cuando ya se habían llevado mi plato de la mesa. Nos dio los buenos días y me miró, después miró hacia la mesa, ya no había ningún plato y me volvió a mirar. Estaba comprobando si había comido algo.
A las 7 de la tarde mi agente en Dinamarca me llamó para darme la mala noticia de que Louis Vuitton había decidido cancelar mi participación en el desfile sin haber hecho el refitting y que me iban a enviar de nuevo a casa. No solo tenía un problema con mi estomago, mi cara estaba hinchada, y ahora tenía un problema con mi espalda.
Afortunadamente tengo 20 años y un pasado participando en deportes de élite y no soy una chica de 15 años, que son nuevas en esto y se sienten inseguras sobre sí mismas, porque si no no tengo duda que habría terminado por enfermar.”
En su perfil de Facebook, Ulrikke da una versión más extendida de la historia, contando que en general la gente “cree que ser modelo es fácil y maravilloso y que todo sobre la profesión es glamouroso”, pero que eso no ocurre siempre.
Estas son historias que no habrían salido a la luz en otro momento, pero entre los focos ofrecidos por las redes sociales y la creciente atención a la salud corporal y la diversidad, los modelos empiezan a sentirse envalentonados para hablarle al poder de su medio de trabajo.
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