La sextorsión es la amenaza de publicar en la web o enviar imágenes a terceros en las que la víctima se muestra en actitud erótica, pornográfica o manteniendo relaciones sexuales.
Este neologismo tiene su origen en el inglés sextortion y se refiere directamente a esta nueva modalidad de explotación sexual en la cual se chantajea a una persona por medio de una imagen de sí misma desnuda que ha compartido voluntariamente a través de Internet mediante sexting.
Este chantaje puede ser realizado por desconocidos que obtuvieron por distintos modos las imágenes, por conocidos o ex parejas.
Claro que a veces no son compartidas sino obtenidas de modo mucho más ilegal aún. Hay distintas maneras de obtener material para este delito:
Una de las maneras de conseguir el material es infectando el dispositivo con un virus mediante las tácticas de ‘phishing’, explica el analista de seguridad en Kaspersky Lab, Dani Creus. El delincuente, aclara el experto, “envía un email con un enlace que pretende ser una oferta y cuando la víctima pincha se descarga el ‘malware’ en el ordenador, con lo que el criminal podrá acceder a todos los archivos así como activar y desactivar la webcam a su voluntad”.
Jorge Flores Fernández, director de PantallasAmigas, una organización dedicada a prevenir y ayudar a las víctimas de esta modalidad, explica que “ante las estrategias de chantaje (que se pueden dar en las redes sociales) los adolescentes no tienen la suficiente capacidad de reacción para pedir ayuda, y entran en una dinámica que tiene graves consecuencias”.
En el sitio web de esta organización informan de las muchas variantes y objetivos por los cuales se realiza esta “sextorsion” y aclaran que los extorsionadores generalmente solicitan más imágenes a cambio de no publicar las que ya tienen.
“La víctima es posteriormente coaccionada para tener relaciones sexuales con el/la chantajista, para producir pornografía u otras acciones. Es decir, no tiene que ver necesariamente con la extorsión, que en castellano se suele usar únicamente para chantajes de carácter económico” informan en PantallasAmigas.
Así mismo Florez Fernandez aconseja a las víctimas seguir algunos pasos, recogidos más detalladamente en su decálogo de actuación: “Guardar las pruebas del chantaje, no ceder, cortar la comunicación y denunciar a la policía”. El último paso es uno de los más difíciles de dar, según explica Flores, porque “la persona se avergüenza de lo ocurrido y quiere olvidarse lo antes posible”.
Las mafias dedicadas a la sextorsión pueden obtener hasta dos millones de euros diarios, actuando desde servidores en África, difíciles de rastrear. ¿Qué podemos hacer para evitar que nuestra imagen corra por la web? La Policía recomienda no pagar y avisar a todos los contactos de lo que está sucediendo.
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