Atrás quedaron esos tiempos en los que para estar saludable solo había que poner en movimiento al cuerpo. Hoy en día, el foco está puesto en experimentar un bienestar integral, que contemple tanto el aspecto físico como el emocional. Que integre el alma.
Detrás de esa apuesta, que se repite en muchos lugares del mundo, abrió hace ya 15 años en la ciudad de Buenos Aires un espacio para recibir y dar respuesta a quienes comparten esas búsquedas, ese estilo de vida. Monte Kurama, ubicado hoy sobre la Avenida Santa Fé 2335, se volvió uno de los principales referentes de todos aquellos que buscan alcanzar un crecimiento espiritual.
Monte Kurama: un gimnasio espiritual en Buenos Aires
Cada vez son más las personas que buscan alcanzar un bienestar integral, es decir, que contemple el cuerpo, la mente y el espíritu. Y aunque pareciera ser que las terapias alternativas llegaron con la pandemia, hay personas que tuvieron la oportunidad de vivenciarlas mucho antes y, a raíz de sus resultados, eligieron hacerlas llegar al resto del mundo.
Ejemplo de ello son los fundadores de Monte Kurama, que intentan compartir con sus clientes y visitantes una experiencia que vivieron primero en carne propia. “Monte Kurama nació en el año 2008 con la idea de crear un espacio que se convirtiera en referente de todas las terapias alternativas. Queríamos convertirnos en guía de aquellas personas que estuvieran buscando su bienestar”, repasa Leandro Pibernus, uno de los fundadores de este local. Y agrega: “Desde aquel entonces trabajamos en poner nuestro granito de arena para que el camino de crecimiento personal sea más fácil”.
En Monte Kurama todo tiene un por qué. De hecho, el nombre de la marca está inspirado en Mikao Usui, creador del reiki, una terapia energética orientada a entrar en contacto con la energía vital universal. Mikao estuvo durante 21 días en Monte Kurama y fue ahí donde encontró la inspiración necesaria transformar a millones de personas.
En Monte Kurama no solo está la posibilidad de conectar con nosotros mismos a través de libros, sino que, también, hay mazos de tarot, oráculos, péndulos, cristales, aromaterapia y cuencos tibetanos. Sin dudas, es toda una experiencia para aquel que está buscando un cambio en su forma de vivir.
Hernán Pibernus, hermano de Leandro y dueño también de este espacio que convoca a una transformación progresiva del ser humano, recuerda sus primeros pasos: “nosotros estamos envueltos en estas temáticas desde siempre. Tuvimos la suerte de que en nuestra casa se respirara este aire todo el tiempo. La espiritualidad es clave para autoconocernos, nos permite superar distintas situaciones de la vida”.
El espacio que fundaron con su hermano quiere brindar recursos a quienes tienen intereses espirituales y bucean en aguas más profundas. “Estamos en momentos en los que suma muchísimo integrar la sabiduría ancestral a nuestros días dice Hernán-. Y está bueno aclarar que las terapias alternativas son para todos. El desarrollo del ser es importantísimo”.
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