Imaginación, creatividad, curiosidad y descubrimiento. Cuatro palabras que representan habilidades que son claves en el desarrollo de un niño que los padres debemos proteger y estimular. La salud mental y emocional dependen mucho de ellas.
Creatividad, imaginación, curiosidad y descubrimiento son habilidades y valores más dirigidos por el hijo que por las madres y son los más importantes para el aprendizaje experimental. Al desplegarlos, vemos a los niños apasionados, interesados en la vida, en aprender, conectados con el mundo que los rodea.
A partir de estas cuatro habilidades se desarrollan otros interesantes rasgos que todos queremos promover en nuestros hijos:
Todos ellos permiten el despliegue en los niños de la mejor versión de sí mismos sin obligarlos a negar, reprimir, esconder deseos y pensamientos. De esta manera, tendrán más material disponible para desarrollar otros valores más reconocidos (como amor, respeto, generosidad, amabilidad, sociabilidad, honestidad, etc.) y menos energía desperdiciada en no conectarse.
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Por Maritchu Seitún. Psicóloga. Especialista en crianza y autora de los libros “Criar hijos confiados, motivados y seguros”, “Capacitación emocional para la familia” y “Latentes”, entre otros.
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