Cada verano anhelamos que los chicos pasen todo el tiempo posible al aire libre, explorando y aprendiendo y, fundamentalmente, desconectados de los dispositivos electrónicos. Pero muchas veces hace tanto calor que nadie se atreve a imaginar una jornada al sol sin pileta o algo que los mantenga frescos. Los juegos de agua para niños son una excelente alternativa para entretener a los más pequeños y mantenerlos activos a pesar de las altas temperaturas.
Según los expertos, jugar con agua no sólo es una buena opción lúdica sino una experiencia nutritiva en otros planos. Es una buena herramienta para estimular el desarrollo físico y para mejorar los vínculos interpersonales, entre otras cosas. Conocé buenas opciones para compartir en familia.
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Hay muchos juegos que, además de entretenerlos, hacen que los niños hagan una buena dosis de ejercicio. Desde nadar y flotar hasta jugar con pelotas de agua, patas de rana o flotadores de los más diversos, hay un mundo por explorar en materia de juegos de agua. Podemos arrancar por clásicos como “Marco Polo” y terminar en opciones modernas que divierten a todas las edades.
Este juego es uno de los grandes clásicos de los entretenimientos en el agua. Su “reglamento” es muy sencillo. Hay un jugador designado que tiene que tratar de encontrar, con los ojos cerrados, a los otros participantes. Para ello debe ir moviéndose diciendo “Marco”, esperando cada vez la respuesta del resto de jugadores, que dirán “Polo”. Así, escuchando atentamente, deberá ir en busca de alguien, atraparlo y decir su nombre. Obviamente, es un juego para chicos que ya sepan nadar y siempre deben jugar en la parte de la pileta en la que hagan pie.
El tradicional juego que se hace en un parque puede trasladarse a la pileta. Se puede pedir a los chicos que se den vuelta y no miren y luego lanzar varios objetos a la piscina. Habrá una persona que lidere el juego y diga qué objeto hay que encontrar cada vez. El primero en dar con él, será el ganador.
Debemos contar con un buen número de piedras u objetos pequeños, que los niños puedan levantar con la mano fácilmente. En cada uno debemos pintar un número, que será el “valor” que les corresponde. Después debemos tirarlas al agua sin que los chicos vean dónde han caído. Cuando demos la señal de largada, los chicos deben empezar a buscarlas y recoger todas las que puedan. Gana aquel que más puntos sume.
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En verano, el campo de juegos de los chicos se hace mucho más grande: la playa, el jardín, la pileta. Los inflables son una buena oportunidad de tener al alcance de la mano una serie de juegos que pueden usarse tanto en el agua como en suelo firme. Te mostramos algunas ideas.
Este centro de juegos inflable consiste en dos piletas circulares, una de 3 metros de diámetro y la otra un poco más pequeña. Son súper seguras porque están fabricadas en vinilo resistente y soportan un peso concentrado de hasta 80 kilos.
Ambas están separadas por un tobogán inflable por donde los chicos pueden deslizarse con toda seguridad. Incorporan un adaptador para la manguera del jardín que les permite cargar 227 litros y 201 litros respectivamente. Y una conexión a unos sprayer por donde lanzan chorros de agua que poseen una válvula para regular el flujo. Viene equipado con un juego de lanzamiento de bolas de plástico y anillos inflables.
Basquet, vóley y waterpolo en el agua: un llamativo combo para compartir en familia. El aro de básquet viene con una red de baloncesto y una pelota inflable y tiene unas dimensiones de 60 x 60 x 40 cm. Posee además anillos inflables para lanzar.
El set de vóley es perfecto para jugar en la pileta. Viene con una red sostenida por dos coloridos parantes inflables, fabricados en vinilo de alta seguridad. Trae también una pelota inflable que garantiza que todos puedan jugar sin lastimarse. Tiene 60 cm de alto y 2,44 metros de largo. Por último, un arco de 137 x 66 cm, con red incluida, permite divertirse jugando al waterpolo.
Por suerte, con el tiempo han ido apareciendo nuevos elementos de seguridad para que los más pequeños se entretengan en el agua mientras aprenden a nadar. Los famosos bracitos pueden ser excelentes aliados para que los chicos pierdan el miedo de meterse en la pileta.
Desde ya que no es necesario estar en una pileta para poder aprovechar los beneficios que el agua nos da. Hay un montón de juegos acuáticos que no requieren más que una canilla y algún sencillo elemento extra como un balde, esponjas o una manguera. Te damos algunas ideas para que uses con los chicos.
Usar la manguera para jugar es algo que nos sale casi naturalmente apenas la tomamos para regar. Pero también podemos programar alguna actividad que divierta a los chicos. Una muy típica es “La mancha con manguera”.
El que se encargue de buscar a los demás tendrá en su poder una manguera enorme con la que irá mojando a todo el que no se haya refugiado bien. Podemos agregarle una pistola de agua en el extremo para hacerlo más divertido. Otra posibilidad es directamente reemplazar la manguera por una pistola de agua que se recargue y no necesite estar conectada.
Un juego muy entretenido para los más chiquitos es pasar agua de un balde a otro con la ayuda de unas esponjas. Para hacerlo más divertido puedes comprar algunas esponjas de colores, cortarlas y unirlas. Para que nadie quede afuera, si son muchos chicos te recomendamos armar equipos, y el que consiga traspasar más agua de un balde a otro absorbiéndola con las esponjas, será el ganador.
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Es uno de los juegos más clásicos y, también, más apasionantes. Para fabricar un tobogán casero, sólo es necesario una superficie plástica y larga, una buena cantidad de baldes de agua y un espacio lo suficientemente amplio como para deslizarse sin chocarse con nada. Solamente habrá que mojar el plástico y empezar a lanzarse. Nada más…¡Y nada menos!
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