Es muy común tener dificultades a la hora de entablar nuevas relaciones emocionales con personas tras una ruptura con una pareja o un quiebre en un vínculo importante. Si bien para algunas personas es más sencillo aceptar la situación y empezar a conocer gente nueva, para otras es una situación muy complicada de superar. Esto está relacionado con la filofobia y cómo perjudica a las personas que les afecta.
Qué es la filofobia
La filofobia es un trastorno que está relacionado con la ansiedad ante la idea de conectar emocionalmente con una posible pareja. Este miedo se suele sentir tras una experiencia poco agradable con personas en el pasado, haciendo que en el presente no se quiera revivir esa misma situación y evitar el daño emocional.
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Pero de todas maneras, esta manera de pensar, evitando entablar conexiones emocionales y personales con las personas, termina aislando a las personas con filofobia y no dejándolas evolucionar en su etapa de aceptación.
Esta clase de personas no solo evitan a toda costa comprometerse con alguien, sino que tampoco les asusta la idea de entablar cualquier tipo de vínculo emocional o afectivo al que puedan exponerse. Es así que evitan constantemente conversaciones o situaciones que puedan llegar a entablar un posible inicio de relación o que supongan una exposición de sus emociones.
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También son personas que suelen buscar defectos en la otra persona o fijarse en personas inaccesibles que no busquen compromiso alguno. Esto provoca síntomas relacionados con la ansiedad, como mareos, cambios en la respiración y en las palpitaciones, poca paciencia, estrés y sudor.
¿Qué provoca la filofobia?
Este trastorno suele ocurrir por las relaciones pasadas que se tuvieron con las personas. Y no solo hace referencia a los vínculos amorosos con ex parejas, sino con cualquier persona en general como conocidos, vecinos y amigos. Una ruptura de esos lazos pudo haber ocasionado un fuerte miedo en volver entablar ese tipo de conexiones otra vez, y como resultado se busca evitar relación alguna.
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Es así que la filofobia puede desarrollarse por:
- Traumas afectivos: como el abandono de una figura paterna o la violencia ejercida por alguien de tu vínculo de confianza.
- Malas experiencias en relaciones previas: sobre todo aquellas en que se han vivido discusiones, manipulaciones, dependencia o falta de límites.
- Una ruptura inesperada: en la que existía un lazo uy fuerte.
- Vínculos tóxicos: que no se han sabido identificar hasta que ya habían impregnado la rutina de la relación.
Cómo tratar la filofobia
Las personas que presenten este tipo de caracterpisticas y se sientan identificadas deben tener la esperanza de que es un trastorno que se puede superar. Con acompañamiento y trabajo personal, los malos pensamientos y los miedos comenzarán a sanarse. Y así, poder animarse a volver a crear vínculos con las personas del entorno.
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Una gran manera de tratar la filofobia es mediante sesiones de terapia, en donde la figura del profesional se convierte en un apoyo fundamental para la evolución de la persona. Será un proceso en el que deberá aprender a no reprimir sus sentimientos y expresarlos sin temor a que no sean bien recibidos, o incluso entenderlos y definirlos.
La terapia es la única forma con la que aprender a vivir en el presente sin tomar como punto de partida las experiencias traumáticas que puedan formar parte del pasado. Además, es una gran herramienta para aprender sobre uno mismo y a construir nuevas relaciones a través de la comunicación. Esto permitirá reducir la tensión emocional que puede generar el inicio de nuevos vínculos.
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