Que el dinero no compra la felicidad es una afirmación que intenta consolar a todos aquellos que no disponen de una holgada comodidad financiera. Aunque parece que la tan arraigada afirmación no es más que un mito. Un estudio realizado en conjunto por las prestigiosas universidades de Columbia Británica y Harvard, ha venido a refutar tal aseveración. Y lo ha hecho con sólidas bases científicas.
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“Hay abundante investigación que demuestra que la gente se beneficia gastando dinero en experiencias que le resultan agradables, pero nuestro estudio sugiere que también podrían beneficiarse al invertirlo en evitar las experiencias desagradables”, comenta Elizabeth Dunn, profesora de Psicología de la Universidad de Columbia y autora del estudio, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Dunn confiesa que comenzó a estudiar la relación entre el dinero y la dicha, debido a su experiencia personal, cuando pasó de ser una estudiante graduada con escasos recursos económicos a contar con los ingresos de su primer trabajo universitario, y preguntarse qué podía hacer con ese dinero.
“El dinero compra tiempo de manera bastante eficaz”, asegura Dunn. “¿Hay algo que odia hacer, que le llena de pavor y que podría pagar para que alguien se ocupase? Si la respuesta es afirmativa, entonces la ciencia dice que eso es hacer un buen uso del dinero”.
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Los principios del dinero feliz
La profesora Dunn, coautora junto a Michael I. Norton del libro ‘Happy Money: The Science of Smarter Spending’ (Dinero feliz: la ciencia del gasto más inteligente), comparte algunos de los principios que proponen para gastar el dinero de manera que nos haga más felices.
“A veces permitimos que el dinero tenga un papel negativo en nuestras vidas. Es una causa constante de angustia, miedo, estrés y rabia, capaz de destruir relaciones. Pero no tiene por qué ser así: por el contrario, podemos ver en el dinero algo cargado de emociones que también puede llenarnos de gratitud y felicidad”, dice Dunn.
Compre experiencias
Gastar en vivencias como vacaciones, viajes, conciertos o comidas especiales, preferiblemente con otras personas, es más satisfactorio que realizar adquisiciones materiales y nos ‘inocula’ contra el ‘remordimiento del comprador’ o arrepentimiento por haber comprado algo tomando una decisión equivocada.
Compre tiempo
Dunn y Norton recomiendan preguntarnos, antes de realizar ciertas compras: “¿Cómo cambiará esto el uso de mi tiempo?”.
Algunas sugerencias que aportan son:.
- Mudarse a una casa cercana al trabajo para reducir los desplazamientos.
- Comprar un robot doméstico.
- Pagar a alguien si odiamos pasar la aspiradora.
- Utilizar un servicio de entrega de domicilio si no disfrutamos haciendo la compra habitual.
Invierta en los demás.
Elegir gastar dinero en otras personas, tanto en nuestros familiares o amigos como por medio de donaciones caritativas, incluso aunque se disponga de escasos ingresos o se entreguen pequeñas sumas, proporciona un impulso de felicidad más grande que el que produce gastar en nosotros mismos, según aseguran estos expertos norteamericanos.
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Cómo dice el gurú financiero Ken Honda, se trata de hacer un trabajo personal para aprender a evitar los sentimientos negativos hacia el vil metal. La meta es lograr una relación zen con tu economía, ganar más y que todo lo vinculado con el dinero deje de agobiarte.
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