La madera es uno de los materiales más nobles que podemos usar cuando revestimos el piso de un ambiente. Aporta calidez, queda linda y dura muchísimos años. Sin embargo, con el tiempo y con el uso, las tablas se van desgastando y perdiendo su belleza, arruinando la estética de cualquier ambiente. Para que vuelvan a lucirse como el primer día, te contamos cómo plastificar un piso de madera y dejarlo como nuevo.
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Plastificado de pisos de madera
La mayoría le tenemos pánico a la idea de plastificar los pisos por el polvo que genera el pulido, el olor y la necesidad de correr todos los muebles. Pero es algo que podemos hacerlo nosotros mismos con los cuidados que nos dejen tranquilos y gastando mucho menos. Te proponemos una guía simple y detallada del paso a paso.
Antes de empezar, un punto fundamental. Tenés que chequear que el piso no haya sido pulido antes varias veces y tenga el espesos suficiente. Si las tablas están muy finas corremos el riesgo de que se partan.
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Materiales
Los materiales que necesitás para plastificar un ambiente varían en función del tamaño. Vamos a calcular sobre una superficie de 20 metros cuadrados.
- 1 pincel de 15 centímetros. Es aconsejable que sea de buena calidad para que no pierda pelos durante su uso.
- 1 balde o recipiente tipo jarra (de boca ancha).
- 1 litro de diluyente.
- 3 litros de plastificador o laca.
- 2 litros de sellador para poliuretano.
- Lijas de 180.
- Lijas de 120.
- Lijas de 60.
- Opcional: máquina pulidora.
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Procedimiento
Pulido: es el proceso por el cual se quitan todas las imperfecciones y fallas que tenga la madera. En general, se realiza con máquinas especiales, pero también se puede hacer a mano. En cualquier caso, se usan tres granos de abrasivos de manera correlativa. Cómo pulir pisos de madera:
- Lo primero que debemos hacer es vaciar el ambiente en el que vamos a trabajar. Sacar los muebles, alfombras y objetos que pueden entorpecer y dificultar la tarea. No alcanza con correrlos: es fundamental despejar el área para verla completa cuando estemos trabajando. Si podés retirar las molduras y los zócalos es ideal (lo que te conviene en este caso es identificar y numerar cada una de las piezas para reubicarlas después sin inconvenientes). También revisá todo el piso en busca de clavos, astillas o imperfecciones. Si hay roturas o filtraciones, es recomendable que las tapes con masilla antes de continuar.
- Luego de esto hay que limpiar el ambiente cuidadosamente. Lo ideal es usar una aspiradora para que no queden restos de suciedad. A continuación, debemos humedecer un trapo limpio y liso con diluyente y pasarlo para que se adhiera todo el polvo que pudiera haber quedado. Antes de continuar, tenemos que dejar secar media hora el piso.
- Ahora sí podés empezar el proceso de pulido. Tenés dos opciones: podés lijar a mano o con máquina. En ambos casos, es importante que hagas al menos tres pasadas. Tenés que ir desde la lija más gruesa a la más fina. Los zócalos y terminaciones deben lijarse sí o sí a mano y con lijas finas.
- Entre cada mano de lijado, tenés que volver a aspirar el piso y quitar todo el polvo. En la última mano repetí la operación de aspirado con mucho detalle. Al finalizar, revisá que no hayan quedado restos de barniz y usá una espátula o rasqueta para quitar todo residuo. Por último, pasá nuevamente el trapo con diluyente así se adhieren las partículas de aserrín, que puede estropear el acabado final.
Plastificado
- Dejá nuevamente secar durante media hora para que se evapore todo el diluyente y luego procedé a darle una primera mano de sellador con el pincel. Esta capa tiene que ser gruesa y lo más pareja posible. Hacelo suavemente y siguiendo la veta de la madera. Al concluir este paso tenés que volver a dejarlo secar durante otra media hora
- Una vez seco el sellador, lijá suavemente la superficie. Una vez hecho ésto, limpiá con un trapo humedecido y dejá secar aproximadamente 15 minutos.
- Volvé a repetir estos dos pasos (5 y 6) una vez más.
- Terminado el trabajo con el sellador, lo mejor es limpiar detenidamente el pincel con alcohol para eliminar los restos de este material. En el recipiente que hayas elegido tenés que mezclar 1 litro de laca con 200 centímetros cúbicos de diluyente, y con el pincel pasarlo en la superficie en una capa relativamente fina. Una vez concluida esta primera instancia, limpiar tanto el recipiente como el pincel y dejar secar el piso.
- Repetir el lijado de la superficie y volver a colocar una mano de plastificado, mezclando 1 litro de laca con 100 centímetros cúbicos de diluyente. Esta mano debe ser más fina que la anterior. Dejar secar aproximadamente 6 horas.
- Podrás aplicar de 3 a 4 manos, según la absorción de la madera y el brillo deseado.
- Una vez finalizado el proceso, hay que esperar que el piso seque entre 24 y 48 horas antes de transitarlo.
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Diferencia entre hidrolaqueado y plastificado
Tanto el hidrolaqueado como el plastificado ofrecen una buena protección y el mantenimiento diario es muy sencillo y económico: un trapo húmedo. Todo depende del gusto y el uso.
La diferencia principal es que el plastificado es a base de solventes, mientras que el hidrolaqueado es a base de una laca acuosa. En ambos materiales hay una oferta diversa y de buena calidad.
El plastificado es algo más rígido y su eficacia dependerá del uso y el trato que se brinde al piso. Una buena aplicación de plastificado puede durar hasta 10 años. En el caso del hidrolaqueado, los especialistas recomiendan usar una buena laca de base acuosa de dos componentes, que mejora la terminación gracias a su elasticidad y su resistencia a la abrasión.
Por otro lado, el aspecto del plastificado es de una película más bien gruesa y brillante, aunque se puede hacer de tono satinado o mate. El hidrolaqueado es de aspecto natural porque forma una película más delgada que permite ver la textura de las vetas de la madera. Se ofrece en tonos mate, satinado o brillante, pero la versión más popular es satinado.
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