En el mundo, cada vez más casas y edificios buscan generar terrazas ajardinadas. Cómo se logran y cuáles son sus beneficios.
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Los “techos verdes” han cobrado notoriedad en los últimos tiempos. Esta tendencia no implica tener macetas con plantas en la terraza, sino que se refiere a una tecnología especifica que permite realizar cubiertas enteras con vegetación en su superficie.
Qué son los techos verdes
De lo que estamos hablando es de un concepto que se refiere a tener terrazas ajardinadas en edificios ubicados tanto en entornos naturales como en el centro de una ciudad.
En un estudio reciente sobre el impacto de estructuras verdes en la zona de Manchester los investigadores comprobaron que los techos verdes ayudaban a bajar las temperaturas especialmente en zonas urbanas: “agregar techos verdes a todas las estructuras puede tener efectos dramáticos en la temperatura de la superficie, manteniendo la temperatura por debajo de los promedios de los años 1961-1990… Los techos verdes tienen mayor impacto… donde la proporción de edificios es alta y la proporción de evaporación es baja. Por lo tanto la mayor diferencia ocurre en el centro de las poblaciones.”
Los techos verdes modernos colocados deliberadamente para mantener vegetación en un medio de cultivo son un fenómeno relativamente reciente. Sin embargo los países escandinavos han usado techos de pasto por muchos siglos.
Entre las ventajas más importantes que traen estos techos está la de prolongar la vida de las membranas de impermeabilización con la consecuente reducción de residuos asociados. También se consigue prolongar la vida útil de los artefactos de calefacción, ventilación y los sistemas de aire acondicionado a través del uso disminuido que se logra gracias a la reducción de temperatura.
Es muy importante considerar también la gestión que permite esta tecnología verde con respecto a las aguas pluviales. Con techos verdes, el agua se almacena en la capa de sustrato y luego es tomada por las plantas desde donde es devuelta a la atmósfera a través de la transpiración y la evaporación
En verano, dependiendo de las plantas y de la profundidad del medio de cultivo, los techos verdes retienen entre el 70 y el 90% de las precipitaciones que caen sobre ellos; en invierno conservan entre un 25 y un 40%. Por ejemplo, un techo de hierba de 20 centímetros de espesor de capa de cultivo puede contener 10-15 cm de agua.
Los techos verdes no sólo retienen el agua de lluvia, también moderan la temperatura del agua y actúan como filtros naturales para controlar el caudal de agua que se acumula en las ciudades ayudando a evitar el colapso de los sistemas de desagüe. Esto es así porque al absorber agua de lluvia, los techos verdes reducen la cantidad de escurrimiento de aguas pluviales y también retrasan el momento en que se produce ese escurrimiento, lo que resulta en una disminución de la tensión en los sistemas de alcantarillado en los períodos de flujo máximo.
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Otro de los beneficios fundamentales de esta tecnología es la moderación del Efecto Isla de Calor Urbano. A través del ciclo de condensación y evaporación diaria, las plantas en superficies verticales y horizontales son capaces de reducir las temperaturas en las ciudades durante los meses calurosos de verano y reducir el efecto isla de calor urbano (ICU). La luz absorbida por la vegetación, si esta no existiera, se convertiría en energía térmica.
Los techos verdes también pueden ayudar a reducir la distribución de polvo y partículas en toda la ciudad, así como la producción de smog. Esto puede tener un papel importante en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adaptación de las zonas urbanas a un clima futuro con veranos más cálidos.
Las plantas en los techos verdes pueden capturar los contaminantes del aire y la deposición atmosférica.
También pueden filtrar los gases nocivos.
La moderación de la temperatura producto del uso de techos verdes puede reducir la demanda de las centrales eléctricas, y potencialmente reducir la cantidad de CO2 y otros contaminantes de los subproductos que se liberan en el aire.
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