La iluminación ocupa un rol protagónico en la decoración y la funcionalidad. El correcto equilibrio entre tipo y cantidad de luz va a generar diferentes sensaciones y cambiará nuestra percepción del lugar. Conocer qué tipos de lámparas existen te permitirá encontrar la que mejor se adapte a lo que buscás en cada ambiente de tu casa.
Está claro que lo más importante tiene que ver con su función, que es la de alumbrar. Pero la iluminación va mucho más allá: es una aliada ideal a la hora de crear ambientes diferentes, con climas acordes al uso que le daremos a cada espacio. Es más: los decoradores aseguran que es el recurso perfecto para transmitir emociones.
Compartimos algunas ideas sobre qué luminaria elegir para lograr el efecto buscado.
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Son muchas las opciones y la diversidad de diseños y tecnologías te abrumará si no estás en tema. Es clave conocer las ventajas y desventajas de cada luminaria, teniendo muy claro qué esperamos de ella y dónde la vamos a ubicar. No se trata de cantidad sino de encontrar las más apropiadas y ubicarlas convenientemente.
Además del diseño, es importante tener en cuenta sus cualidades en términos de consumo energético, porque algunos artefactos y bombillas son más caros pero gastan muchísimo menos. Las alternativas más populares son:
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Es la más utilizada por su bajo costo inicial, porque es la más barata. Su principal desventaja es que solo vive mil horas. De la totalidad de energía que utiliza, únicamente el 15% se transforma en luz. Por ello ese costo inicial reducido luego genera mayor impacto en la factura de luz.
Se trata de una variante de la incandescente, en la que el gas inerte es reemplazado por un gas halógeno. Además, el vidrio tiene un compuesto de cuarzo, que soporta mucho mejor el calor. Esto permite bombillas de tamaño mucho menor para potencias altas. Su vida útil es algo mayor. Podés encontrar distintos tipos:
Es una de las más utilizadas en todo el mundo. El amplio espectro de sus tonos de luz (que pueden ser cálidos, blanco neutro o luz natural blanca) facilita su uso en una gran cantidad de aplicaciones, tanto en el sector comercial como en los hogares.
Su gran ventaja frente a las tradicionales (incandescentes) es que ayudan a reducir el gasto de electricidad y la emisión de gases de efecto invernadero.
Si queremos ahorrar en la factura de la luz, realizar un consumo responsable es parte fundamental de la ecuación. La mejor opción, en este sentido, son las LED, que actualmente proporcionan la mejor relación costo-beneficio. No sólo son modelos más eficientes a la hora de producir luz sino que permiten un ahorro de energía del 80%. Además, tienen una vida útil muy larga. Te puede interesar: Cómo conectar tiras de LED.
Se trata de una reproducción de la clásica bombilla inventada por Edison con los filamentos expuestos, que se ha convertido en la vedette de la iluminación moderna. Son ampollas de cristal al vacío que producen luz a través de un filamento que arde en su interior. Si querés ahorrar, podés buscar las que tienen incorporada tecnología LED.
Se usan cada vez más. Su interior está relleno de vapor de mercurio a baja presión que, al contacto con una descarga eléctrica, produce luz ultravioleta. En el mercado hay multitud de modelos que las hacen compatible con casi cualquier luminaria.
Además de analizar los materiales, es fundamental atender el diseño: con o sin tulipa, de techo, de pared, colgante, de apoyo, etc. Algunas opciones:
La luz debe adaptarse a diferentes situaciones y los modelos colgantes suelen responder bien a las distintas necesidades, dado que la iluminación ambiental debe proceder de la parte superior. Algunas son regulables en altura, algo que puede resultar muy útil. Y también podés elegir las que sean dimerizables, para reducir o aumentar la intensidad lumínica según la ocasión.
Para completar la ambientación, en el techo podemos sumar luminarias empotrables.
Este tipo de luminarias es ideal para espacios exteriores. En estos casos es conveniente considerar el uso de focos fluorescentes, halógenos o led, ya que iluminan cuatro veces más que las bombillas comunes y tienen mayor duración.
También son agradables en espacios interiores como pasillos o baños. Aquí, lo ideal es colocar bombillas halógenas, ya que producen una luz limpia y fría. Asímismo, es importante contar con una luz puntual en la zona del lavamanos y el espejo, preferiblemente de bajo voltaje porque evitan la aparición de sombras molestas.
Son geniales para armar rincones especiales que completen la ambientación. Desde los modernos diseños nórdicos hasta las más clásicas, este tipo de artefactos aportan una cuota de buen gusto al diseño de tus ambientes.
Para este espacio debemos tener en cuenta que la funcionalidad es la clave. La luz general debe ser uniforme, y lo mejor es que consuma poco y que no de calor. Es aconsejable el uso de focos o tubos fluorescentes, a la vista o empotrados, ya que permiten una iluminación más directa y precisa.
Si tenés unido a este espacio un comedor diario, podés generar una diferenciación de ambientes con la iluminación, dándole a cada uno su propia identidad. Para el comedor, lo más acertado es el uso de artefactos colgantes (regulables sería genial), dado que la iluminación ambiental debe proceder de la parte superior, sobre los comensales.
La luz no debe ser muy intensa para favorecer el descanso, por lo que sería buenos optar por una luz general indirecta, con focos en el techo o un artefacto colgante. Es importante complementarlo con veladores en las mesas de luz. Para las habitaciones de niños podés encontrar hermosos diseños en tecnología LED.
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