La meta es que nunca más se extinga una especie en Argentina. Por eso el nombre de este plan de acción: Extinción Cero. Ideado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, comenzó este año con siete especies prioritarias -tres aves, dos mamíferos, un anfibio y un pez.
El Plan de Acción Extinción Cero es parte de la Estrategia Nacional de Biodiversidad, con planes que apuntan a conocer el estado de conservación y proteger diversos ecosistemas.
“Es un paso adelante no sólo en reducir la amenaza y la pérdida, sino también en recuperar poblaciones y disminuir la pérdida de hábitat, con un enfoque más abarcativo”, explica Javier García, Director Nacional de Biodiversidad y Recursos Hídricos del ministerio.
Estas son las primeras siete especies que se intentará resguardar:
No son las únicas amenazadas, pero sí las más críticas. Siete especies nativas argentinas son las protagonistas del Plan de Acción Extinción Cero, del Ministerio de Ambiente y que involucra a numerosas organizaciones de la sociedad civil. El venado de las pampas está amenazado por el retroceso de su hábitat. Hoy se estudia traslocar poblaciones a nuevos sitios y la cría ex situ para repoblar.
La reducción del hábitat, la caza y los atropellos han llevado al jaguar o yaguareté (en lengua guaraní) a un estado crítico de extinción en Argentina. Se calcula que quedan unos 200 ejemplares en el norte del país. El plan busca conservar su hábitat, promover la reproducción y minimizar el conflicto con los ganaderos, así como la reintroducción de este gran felino en áreas protegidas.
Esta ave nidifica en el extremo sur de la Patagonia y se desplaza en los meses invernales hacia el sur de la provincia de Buenos Aires. Entre las medidas para la conservación del cauquén de cabeza colorada se busca controlar la caza furtiva y promover el éxito reproductivo. El plan involucra a organizaciones y universidades argentinas y entidades de Chile, país donde también habita.
Se encuentra entre las 220 especies de aves en peligro crítico de desaparecer a nivel global y es la única que se distribuye casi exclusivamente en Argentina. Habita lugares muy reducidos del extremo austral y sus poblaciones se han reducido en forma drástica a causa de especies exóticas invasoras, como el visón americano. También por el cambio climático y alteraciones de su hábitat.
Este pez enfrenta el máximo riesgo de extinción debido a que habita un área de extensión muy reducida, de sólo 100 kilómetros cuadrados, en un arroyo en las provincias de Chubut y Río Negro. Los planes de conservación pretenden proteger su hábitat, alterado por la contaminación de las aguas, y controlar especies invasoras.
La distribución extremadamente reducida de este anfibio, detectado en una zona de nueve kilómetros cuadrados de arroyos de montaña de la zona central, a ambos lados de la frontera chileno-argentina, la convierte en una especie muy escasa, amenazada por la construcción de caminos, entre otros peligros. El plan incluye programas de conservación ex situ como una manera de salvar su población.
Víctima del comercio ilegal de mascotas, esta pequeña ave casi llegó a la extinción. Estudios estiman que hoy no supera los 2.000 individuos, lo que para una población de aves es muy poco. Originalmente tenía una distribución muy amplia en Argentina y países vecinos, y cada vez se reduce a un territorio menor. A través de educación y fiscalización se busca detener su captura y comercio ilegal.
No significa que otras especies no requieran atención, sino que implica un esfuerzo adicional en el manejo de las que están en estado más crítico
Si te interesó esta nota, podés seguir leyendo:
Utilizamos cookies de terceros para mostrar publicidad relacionada con tus preferencias. Si continúas navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Puede obtener más información en:
Politica de Privacidad