Por su versatilidad, ligereza y bajo costo, el plástico es un material muy extendido y usado en todo el mundo. Datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señalan que, cada año, se producen 300 millones de toneladas de residuos plásticos en el mundo. De ellas, casi el 80% va a los vertederos o acaba en la naturaleza. Es importante tomar conciencia sobre el problema de los microplásticos: qué son, dónde están y qué daño generan.
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No es algo lejano. El impacto es directo sobre nuestra salud y la del planeta. Además de la contaminación ambiental, uno de los problemas derivados de esta situación es la presencia creciente de microplásticos en la cadena alimentaria. ¿Qué son los microplásticos y dónde están? ¿Son peligrosos para la salud?
Con ayuda de Elika, la Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria, respondemos a las principales dudas.
Qué vas a encontrar en esta nota:
Microplásticos: qué son
Los plásticos, en general, constituyen una amplia familia de polímeros sintéticos y semisintéticos. Son materiales resistentes, flexibles y duraderos que derivan de recursos fósiles (como carbón, gas natural o petróleo crudo) y, también, de productos orgánicos (como celulosa, almidón, maíz, etc.).
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Los microplásticos y nanoplásticos, como sugiere su nombre, son plásticos muy pequeños —de tamaño inferior a 5 mm— que se pueden fabricar así desde un inicio, o quedar de ese tamaño como resultado de la degradación y fragmentación de artículos de plástico más grandes.
Los que se fabrican pequeños son microplásticos primarios, y los que se degradan y fragmentan se llaman microplásticos secundarios.
Microplásticos en el agua
¿Dónde se encuentran los microplásticos? En la actualidad, están distribuidos en todo nuestro ecosistema, y de forma especial en el medio acuático. El manejo inadecuado de los desechos plásticos ha provocado la contaminación de los ambientes de agua dulce, estuarios y marinos.
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Como estos compuestos se degradan con mucha dificultad, permanecen en el medio ambiente durante décadas.
Microplásticos en la leche materna
¿Es posible que la leche materna contenga microplásticos? Lo es, y también preocupante. Un artículo publicado en The Guardian analiza un estudio italiano que demuestra haber encontrado (tras analizar la leche de 34 madres) compuestos de polietileno, PVC y prolipropoeno. Se trata de sustancias que están presentes en envases de plástico.
¿Qué puede suponer? En realidad, la lactancia materna continúa siendo la mejor opción. Si bien es cierto que puede contener microplásticos, «los bebés alimentados con biberón pueden estar tragando millones de microplásticos al día, y la leche de vaca también puede contenerlo», como señalan los propios autores.
Microplásticos en alimentos
¿Sabías que eres plastívoro? Es decir, que «comes plástico». Eso sí, sin saberlo: los microplásticos pueden incorporarse a la cadena trófica mediante la ingestión directa, cuando un animal los ingiere. Esto se ve de manera muy clara con los animales marinos, que pueden ingerir directamente los microplásticos que hay en el agua o hacerlo a través de otros animales marinos que a su vez han ingerido microplásticos en suspensión.
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Además, estos compuestos también pueden estar presentes en los alimentos por simple deposición en su superficie a lo largo de toda la cadena de producción y consumo, como sucede con las microfibras que forman parte del polvo atmosférico. Pero es sobre todo en los animales marinos (peces, crustáceos, moluscos) donde encontramos las concentraciones más altas de microplásticos.
Ahora bien, la presencia de estos compuestos no es igual en todos los animales:
- En los peces, si bien la concentración es elevada, los microplásticos se hallan sobre todo en el aparato digestivo (estómago e intestinos); unas partes que solemos desechar. Por tanto, nuestra exposición es pequeña.
- En los crustáceos y moluscos, en cambio, nuestra exposición es mayor porque los comemos enteros.
- En las harinas de pescado también puede haber microplásticos. Estas harinas se usan en alimentación animal, por lo que estas partículas pueden aparecer en alimentos no marinos.
Un equipo de la Universidad de Plymouth, en el Reino Unido, decidió comparar la amenaza de la ingesta de mejillones contaminados en Escocia con la inhalación de aire que se produce en un hogar normal.
Su conclusión: durante una cena de mejillones, las personas absorberán más plástico inhalando o ingiriendo fibras de plástico diminutas e invisibles que flotan en el aire a su alrededor (fibras desprendidas de su propia ropa, alfombras y tapicería), que comiendo los propios mejillones.
Microplásticos presentes en tu hogar
No solo se pueden encontrar microplásticos y nanoplásticos en los alimentos o el agua, aunque quizás sea lo más relevante para nuestra salud. Están por todas partes: en la cocina, el escritorio, tu dormitorio, mientras te das una ducha, tomando el sol en la terraza… Y es que este material —en dosis ínfimas, es verdad— se halla en objetos y productos que ni sospechas, como los siguientes:
- Protectores solares
- Cremas exfoliantes
- Gel y champú
- Jabones, sales de baño…
- Pasta de dientes
- Ropa de nailon, acrílico…
- Trajes de baño
- Envases
- Diversos utensilios de cocina: sartenes antiadherentes (teflón), pajitas…
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Cómo afectan los microplásticos a la salud
Las personas podemos exponernos a microplásticos y nanoplásticos por inhalación, ingestión o vía tópica. La evidencia científica actual sobre la exposición y toxicidad de estos compuestos es muy limitada, aunque la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) estima que la exposición humana a los aditivos contaminantes de los microplásticos presentes en los productos de la pesca tendrían un escaso efecto sobre la salud de la población.
En el informe sobre presencia de micro y nanoplásticos en los alimentos, esta institución concluyó que no se puede realizar una evaluación completa del riesgo, porque no hay datos suficientes sobre la presencia de esas sustancias en alimentos, sobre su destino cuando llegan al tracto gastrointestinal, ni sobre su toxicidad.
En cuanto a los nanoplásticos, Elika señala que «las nanopartículas de ingeniería de diferentes tipos de nanomateriales pueden penetrar en todo tipo de tejidos y eventualmente terminar en las células humanas, lo que podría tener consecuencias para la salud humana».
Soluciones para combatir los microplásticos
Dado que aún hay muy poca información sobre la presencia de microplásticos y nanoplásticos en los alimentos, sobre su absorción por el organismo y sobre su toxicidad, Elika subraya la importancia de fomentar la investigación científica en todas estas áreas.
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En cuanto a los consumidores, la mejor medida posible es reducir el uso de plásticos y reciclarlos de modo correcto para evitar que acaben contaminando el medio ambiente, y potencialmente nuestra salud. ¿Qué podemos hacer? A continuación, una serie de pautas:
Higiene
- Utilizar cepillo de dientes natural y biodegradable.
- Evitar el uso de maquinillas de plástico.
- No emplear discos desmaquillantes desechables.
- Utilizar jabones y cosméticos sin siliconas ni parafinas.
Moda y hogar
- Usar siempre vestidos, pantalones y camisetas realizadas con tejidos naturales.
- Utilizar pinzas para la ropa de madera, y no de plástico.
- No comprar objetos que contengan plástico (mantas, velas, etc.), sino que sean naturales: velas de cera o de soja, sábanas, manteles y mantas de tejidos naturales, etc.
Envases
- No utilizar bolsas ni envases alimentarios de plástico. Se pueden llevar bolsas de tela, envolver en papel, etc.
- Sustituir las botellas y el táper de plástico por botellas y envases de cristal.
Cocina
- Comprar alimentos a granel.
- Usar pajitas de acero o papel.
- Evitar las sartenes recubiertas de teflón.
- Guardar almuerzos y comidas en recipientes que no contengan plástico.
- Reducir la ingesta de chicles y reciclarlos en su envase correspondiente, o consumir chicles ecológicos o naturales.
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