El juego representa la libertad que tienen los chicos para involucrarse y aprender sobre el mundo que los rodea. Al permitirles conectar mental y físicamente con el entorno, los impulsa a crear y crecer. Por eso se trata de un derecho inalienable de la infancia.
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Varios estudios demuestran que el juego es vital para el desarrollo infantil ya que promueve habilidades fundamentales para una vida plena como la inteligencia emocional, la creatividad y la capacidad de resolver conflictos. Ser un superhéroe es ser líder, tomar el té con los ositos es organizar, construir un fuerte es innovar.
El juego debería ser una garantía para todos los chicos. Sin embargo, millones de niños alrededor del mundo no tienen un lugar seguro para explorar y abrirse al mundo. De hecho, el 78 por ciento de los padres coinciden en que el mundo hoy es un lugar más peligroso que cuando ellos crecieron.
El juego es vital para el desarrollo infantil ya que promueve habilidades fundamentales para una vida plena como la inteligencia emocional, la creatividad y la capacidad de resolver conflictos
Los chicos que pueden jugar en un entorno seguro y se sienten apoyados por sus padres desarrollan mejores habilidades comunicativas, capacidad de trabajo en equipo y técnicas de negociación que les permiten convertirse en adultos más resilientes frente a las adversidades de la vida.
Sin embargo, muchos niños se pierden de esta posibilidad mientras el juego se convierte en algo secundario frente a los exámenes estandarizados y un mundo dominado por la tecnología.
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Lamentablemente, la consciencia de que el juego es importante tanto adentro como fuera de la escuela no está tan expandida como nos gustaría. Un estudio demostró que durante los últimos treinta años, el tiempo que los chicos pasan jugando en el colegio se redujo. En algunos países, dos de cada tres chicos se quejan que sus padres organizan para ellos demasiadas actividades extracurriculares y casi la mitad de los padres admiten no poder encontrar el tiempo para jugar con sus hijos.
Hoy en día, el 56 por ciento de los chicos pasa menos tiempo afuera que los prisioneros de máxima seguridad estadounidenses. Mientras los cambios del mundo impidan que los chicos jueguen y desarrollen habilidades esenciales para su futuro -y el de la humanidad- será cada vez más difícil encontrar nuevos líderes, creativos y exploradores.
Cuanto más jueguen nuestros hijos hoy, mejor preparadas estarán las próximas generaciones para el mundo que los rodea.
En un mundo que cambia a velocidades nunca antes vistas, la importancia de las habilidades que el juego promueve -como el pensamiento original- es enorme. Cuanto más jueguen nuestros hijos hoy, mejor preparadas estarán las próximas generaciones para el mundo que los rodea.
El juego nos permite resolver conflictos, construir sociedades comunicativas y ayuda a las comunidades a florecer. El juego de nuestros hijos debe ser protegido si queremos un mundo mejor donde los líderes sean creativos, considerados, originales y se atrevan a enfrentar el cambio.
Fuente: World Economic Forum
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