Educación

“Zoomfobia”: crece el rechazo de los chicos a las clases virtuales

Preocupa a padres y docentes el crecimiento del rechazo de los chicos a los zoom, en especial en niveles de educación inicial y primaria. Por qué ocurre esto.

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Atravesamos el segundo año lectivo en pandemia por Covid-19 y es preocupante el rechazo que manifiestan los chicos a realizar los zoom para tener las clases virtuales. Esto se da sobre todo en chicos de nivel inicial y primario. ¿Qué les ocurre a los niños?

Especialistas explican que los chicos presentan problemas de ansiedad, fatiga emocional y fobia social.

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La resistencia de muchos chicos comenzó a mitad del año 2020, pero fue empeorando con el correr de los meses, y hoy cursando el segundo año de pandemia, se acrecentó el rechazo de los alumnos a las clases virtuales.

Muchos no conocen la escuela ni a sus compañeros o maestras de forma presencial, otros han egresado en medio de la pandemia y sienten que no han cerrado el ciclo educativo, para pasar a la nueva etapa. Esto se ve manifestado mucho en los adolescentes que egresaron la secundaria y comenzaron la Universidad directamente en modalidad virtual, pero los chicos ya están más cancheros con la virtualidad.

Niños de jardín y primaria

¿Pero qué pasa con los niños de jardín y primaria? Muchos niños manifiestan diferentes reacciones para demostrar que no quieren acceder al zoom para tener las clases virtuales. Algunas de estas reacciones se deben a que suelen tener:

  • Problemas de ansiedad.
  • Fatiga emocional.
  • Fobia social.
  • Vergüenza a exponerse frente a toda la clase con compañeros que no conocen en persona.
  • Falta de concentración o atención.

La mayoría de los chicos han cambiado por completo sus rutinas y la falta de presencialidad a las escuelas, la falta de la práctica de deportes, hizo crecer el sedentarismo y el apego a las pantallas para jugar y conectarse con sus amigos, pero esto trajo aparejado otros problemas que los especialistas tanto como los padres comenzaron a observar.

Por ejemplo niños que empezaron a comer de más y a engordar, otros que se despiertan varias veces durante la noche, algunos casos presentaron ataques de ira en medio de sus clases virtuales, o directamente niños que se quedan dormidos frente a la pantalla.

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Algunos testimonios de padres de alumnos de educación primaria cuentan que sus hijos comenzaron por silenciar el zoom, luego por levantarse en medio de la clase, tener ataques de ira quejándose que no entendían nada o que nadie los escuchaba y por último empezaron a rechazar por completo la computadora.

En cambio en los casos que las clases volvieron a la presencialidad, el estado de ánimo de muchos niños mejoró, aunque es difícil acostumbrarse a la modalidad de las burbujas educativas, sobre todo si ésta se “pincha” por un caso sospechoso o confirmado de coronavirus y deben volver a estudiar desde casa, entonces el rechazo a los zoom se repite.

Este tipo de comportamiento es conocido entre los directivos de los colegios como “zoomfobia”. Aunque los psicólogos consultados prefieren llamarlo astenia psíquica, ansiedad y fobia social o simplemente saturación ante la enseñanza remota.

Según manifiestan los especialistas, entre los factores que pueden desencadenar este problema, están:

  • La falta de contacto social.
  • Falta de motivación.
  • La sobreexposición ante los compañeros.
  • La exposición a los docentes que no conocen en persona.

La “zoomfobia”, empezó a evidenciarse a mitad del año pasado, pero se volvió más frecuente al ver que este año 2021 se repite la modalidad de clases virtuales. En menor medida se ven afectados los niños que reciben educación bajo la modalidad llamada sistema híbrido, es decir mitad presencial y mitad virtual.

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Este tipo de comportamiento es conocido entre los directivos de los colegios como “zoomfobia”. Aunque los psicólogos consultados prefieren llamarlo astenia psíquica, ansiedad y fobia social o simplemente saturación ante la enseñanza remota

En el caso de los jardines de infantes, las maestras cuentan que solo se conecta el 50% o  60% de los alumnos de las salitas de cuatro y cinco años. “Tratamos de buscar la manera en que se conectan, pero es muy difícil. Según los padres, muchos chicos no quieren saber nada con el Zoom”, cuenta la directora de un Jardín situado en Lanús, provincia de Buenos Aires.

Un testimonio de una mamá, le explicó a la maestra del jardín, “que su hija se levanta todas las mañanas y se pone el uniforme, pero cuando ella le recuerda que no puede ir al jardín, su hija se enoja y llora”.

El análisis de los especialistas

La psicóloga Susana Kuras Mauer, especializada en niñez y adolescencia, opina que: “Muchos chicos ya no toleran el Zoom y hay que entenderlos”. En los últimos meses la especialista, que atiende en Capital Federal, ha recibido muchas consultas de padres porque sus hijos rechazan las clases por Zoom.

Ella considera que estos niños están atravesando algo que se encuadra dentro de lo que se conoce como astenia psíquica o fatiga emocional. “Se ve cuando los chicos pierden la motivación frente a los estímulos. Ya nada les importa: ni participar en la clase ni hacer la tarea. No es depresión, es falta de motivación. Eso es fruto del aislamiento, de la falta de cercanía social, y es algo que debería alarmarnos”, explica Susana Kuras Mauer.

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“Zoomfobia” en todos los niveles educativos

Varios especialistas psicopedagogos de varios colegios de distintos niveles educativos, explican que este tipo de reacciones frente a las clases virtuales se ve con frecuencia tanto en el nivel inicial, es decir jardín de infantes, en las primarias y secundarias. Los chicos, dicen los especialistas y docentes: “No se conectan, apagan la cámara, no participan. Cuando hacemos el seguimiento para ver por qué sucede esto, el alumno a veces llora o dice que extraña a sus amigos”.

Los padres manifiestan su preocupación por esta situación y los psicólogos y psicopedagogos explican que la sobreexposición ante los compañeros es uno de los factores que incide en el rechazo de las clases por Zoom

Para la especialista Kuras Mauer, este tipo de reacciones frente a la educación remota se acrecentó este segundo año de pandemia y es más preocupante. “No es lo mismo un Zoom de 2020 que uno de 2021. Al principio del año pasado, la virtualidad era algo nuevo, que implicaba el uso de una computadora y una nueva dinámica familiar. Hoy, los chicos con tantas experiencias en clases virtuales, sumado al aislamiento, dicen: ‘Ya no puedo más vivir en plano, en cuadraditos, siendo una figurita de un álbum en vez de un ser humano’“, afirma.

La especialista también destaca un factor muy importante que causa la “Zoomfobia” y es la sobreexposición frente a los compañeros de clase. Es decir mientras que en el aula, los alumnos siempre miraron hacia el pizarrón y al profesor que está adelante, en el Zoom, en cambio, se observan también entre los compañeros. “A muchos niños esta mirada constante de los demás sobre sí mismos les genera una inhibición extra. Tengo pacientes que inventan que no tienen wifi o apagan la pantalla para evitar sentirse así”, agrega Kuras Mauer.

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“La fobia es un miedo irracional frente a un estímulo. Muchos chicos se están resistiendo al Zoom porque están hartos de que toda su vida pase a través de la pantalla. Los niños y los adolescentes necesitan la expresión corporal, la descarga de energía, estar al aire libre. Y las clases virtuales restringen todas esas cosas”, destaca Guillermo Thomas, jefe de Psicología Clínica del Servicio de Salud Mental Pediátrica del Hospital Italiano. Y explica que ubica este tipo de comportamientos dentro de las variantes de la ansiedad social, en los casos más leves, y de la fobia social, en los más extremos.

“No es natural que un alumno de nivel inicial o del nivel primario tenga seis o siete horas de Zoom todos los días. El hartazgo es entendible”, destaca Pallaro, un directivo de una escuela que propone una alternativa en la dinámica de las clases virtuales para intentar captar más la atención de los alumnos, como por ejemplo hacer trabajos prácticos por medio de las plataforma interactivas para evitar tanta exposición en las clases virtuales.

No es natural que un alumno de nivel inicial o del nivel primario tenga seis o siete horas de Zoom todos los días. El hartazgo es entendible

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