Esta mujer convierte bolsas de plástico en abrigo para los más necesitados

Cada año cuando la temporada invernal se hace más dura y el frío arrecia los refugios para personas sin hogar se preparan para su época más ocupada del año. Las instalaciones se llenan rápidamente con aquellos que buscan protección y calidez. Por desgracia, eso puede significar más gente bajo el techo de estos centros que camas disponibles, por lo que muchos terminan durmiendo en el piso.

Esto es moneda corriente en Omaha, Nebraska, una región de estados Unidos particularemente afectada por la crudeza del invierno y con un gran número de homeless que necesitan un lugar para pasar la noche.

Marilynn Jones es una mujer que tras perder a su marido hace algunos años, decidió iniciar una actividad que la distrajera y le hiciera pasar al menos por un rato, el mal momento. Así fue que recuperó un conocimiento que le había transmitido su abuela y se dedicó a tejer al crochet convirtiendo esa actividad en su pasatiempo.

Pero ahora, Junto con un grupo de la Iglesia Metodista de Omaha, Nebraska, en Estados Unidos, le dio un giro a su hobby y lo transformó en una actividad de ayuda social.

Este grupo de gente comenzó a recoger bolsas plásticas, reciclarlas y utilizarlas para tejer material de abrigo que pudiese servir para la gente en situación de calles y ayudarlos a dormir mas abrigados.

“Sólo tenía que hacer algo para alguien”, dice Marilynn. “Es gratificante que hacer algo que vale la pena, sé que será utilizado por las personas que realmente lo necesitan.” Los colchones están hechos en la técnica de crochet, que practicó toda su vida.

Se necesitan aproximadamente mil bolsas para fabricar cada uno de los colchones que este grupo de voluntarios confecciona. Marilynn hace dos colchones todas las semanas ella sola y ya lleva un total de 250.

El resultado es algo similar a uno de esos colchones que se utilizan para hacer Yoga, lo que permite a las personas aislarse mejor del frio del suelo.

Así es como se fabrican: