José Pontiroli, o Pepe, el nombre con que lo conocen sus amigos y Mónica, su mujer, son los padres de Tatiana, una de las jóvenes víctimas de la tragedia de la estación de trenes de Once. Nuevamente en estos días se enfrentan a otra situación límite.
Mónica necesita un riñón para seguir viviendo. Luego de hacerse varios estudios, los médicos le confirmaron que su marido y papá de Tatiana, José “Pepe” Pontiroli, es compatible y podría ser el encargado de ayudarla a tener “otra oportunidad”.
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En una entrevista con radio Continental, Pepe explicó que “Me puse muy contento sabiendo que podía ser útil dándole mi riñon…yo sé que mi riñon está perfecto, así que va a mejorar su calidad de vida”.
“El primer cachetazo y revuelco que tuve con la tragedia de Once no logró dejarme en el suelo, me pude parar y seguir con la lucha y el reclamo de Justicia y para poder continuarlo tengo que pasar por este trasplante”, dijo Mónica en ese diálogo con radio Continental y se definió como una “enamorada de la vida”. Por momentos, sumó la mamá de Tatiana, se siente que el órgano no va a llegar. Por eso, tenerlo es contar con “otra oportunidad”.
“De acá en adelante voy a tener años de regalo y que sea mi marido el donante no tiene precio” expresó Mónica sensiblemente emocionada
Ahora espera que desde la Fundación Favaloro le den la fecha de la operación. “Queremos que la cirugía llegue lo antes posible”, sumó.
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Tatiana preparaba la tesis de la licenciatura en Diseño de Indumentaria en la Universidad de Morón y había comenzado un microemprendimiento para fabricar accesorios. Ese fue el motivo por el cual subió al tren donde murió: iba a comprar materiales.
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