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“Universidad Vertical”: donde las aldeas son aulas y los agricultores profesores

Inspirado por la posibilidad de que los conocimientos indígenas se recuperen y sean accesibles a más gente este proyecto podría considerarse como el campus universitario más amplio del mundo

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Este proyecto podría considerarse como el campus universitario más amplio del mundo. Empieza en los terrenos inundables de Koshi Tappu en el sudeste de Nepal y avanza rumbo al norte hacia el monte Kanchenjunga, cerca de la frontera con India.

Inspirado por la posibilidad de activar la capa oculta de los conocimientos indígenas y convirtiendo el paisaje en una Universidad Vertical para toda la región oriental, el proyecto KTK-BELT fue lanzado en 2013.

Un visitante puede ir recorriendo las aldeas y de paso puede aprender sobre los distintos ecosistemas viajando a través de una red de senderos educativos

Para aprovechar la capacidad de implementación local, una cooperativa de agricultores fue creada en 2013, y 100 acres de tierra fueron adquiridos en 20 diferentes lugares estratégicos para construir la contigüidad de los ecosistemas y además proporcionar una capa de defensa contra la deforestación.

Cada parcela se imaginó como un «motivos de aprendizaje” que funciona como un banco de semillas comunitario, promueve la investigación agrícola y es un centro de recursos para la energía alternativa y la infraestructura de conservación.

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El cinturón, un corredor de biodiversidad, serviría como un “Aula Viviente” para enseñar el conocimiento basado en el lugar. El primer prototipo de esta “Universidad Vertical” se creó en Yangshila, situado en las colinas Siwalik. Se han reunido más de 20 motivos de aprendizaje.

“Mediante la creación de estos “motivos de aprendizaje de propiedad comunitaria”, esperamos estar creando una nueva infraestructura y una herramienta para la conservación y la educación, que sea sensible a las particularidades de cada pueblo”, explicó Priyanka Bista, una de las fundadoras de KTK-BELT.

Este modelo continuará siendo aplicado para cubrir 107 tipos de hábitats y llegar a más de 150.000 personas que viven a lo largo de este mismo circuito. Estas personas provienen de muchos grupos étnicos diferentes y poseen un rico conocimiento indígena sobre el paisaje.

Los profesores son los agricultores y los habitantes locales. Poseen el complejo conocimiento sobre las especies nativas y sus hábitats

El objetivo final es involucrar a múltiples partes interesadas para crear un corredor de conservación botánica que promueva la educación que abarque desde Koshi Tappu, uno de los mayores santuarios de aves acuáticas del sur de Asia, junto a la frontera con la India a Mt. Kanchenjunga, el tercero el pico más alto del mundo.

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Actualmente, uno de los campos de aprendizaje más activos está en Rangcha, una pequeña ciudad de 50 familias situadas en los terrenos inundables tropicales de Yangshila, donde sus habitantes cultivan principalmente maíz, arroz, mijo y vegetales.

Los miembros del equipo ven mucho potencial en aplicar el modelo que han desarrollado en otros lugares. Una elección obvia sería el oeste de Nepal, que tiene una geografía y riqueza de especies similares.

Fuera del país, el equipo puede ver el modelo aplicado en otros Estados asiáticos como Bután (el país de la felicidad)  e Indonesia, o en una nación archipiélago como Filipinas donde se podría adaptar al océano y a los hábitats submarinos.

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