Los astros no sólo definen las cosas buenas de nuestra vida sino también los defectos. Cada signo es diferente y tiene algunos más rasgos más exacerbados que otros. Repasamos cada uno para conocer a con qué aspectos deben tener cuidado.
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Cabeza dura. No hay nada que se interponga en el camino de un tauro si realmente quiere algo. Sin embargo, esta característica siempre los ayuda a conseguir lo que desean (aunque eso no quiere decir que eso sea lo que necesitan). Se trata de personas posesivas, celosas y acumulan más de lo debido. Son generosos pero primero necesitan estar consigo mismos.
Géminis es un signo problemático. Suele hablar sin saber y le encanta divulgar chismes ajenos. No es difícil entender porque es el signo de las dos caras. También son indecisos y les cuesta mucho adoptar una determinación.
Es el signo asociado al cariño, al amor y a la generosidad. Pero justamente este es su mayor defecto: exceso de sentimentalismo. Llora constantemente y desespera a quienes lo rodean. Además, son tímidos y tienen pocas relaciones sociales pero las que mantienen son muy fuertes por lo que pueden resultar algo celosos.
Vanidad. Esa es la palabra que define a los Leo y aunque resulta una cualidad un tanto fea, no es la peor del signo. Leo es orgulloso y soberbio, siempre busca ser el alma de la fiesta y a pesar de que lo hace con alegría, suele mantener un narcisismo insoportable. Por su vanidad también es materialista.
Los virgo son obsesivos e incluso maniáticos. Son fanáticos del orden, la limpieza, la perfección y la corrección al realizar cualquier actividad. Lograr que se relajen es una tarea prácticamente imposible ya que siempre buscan agradar.
Son personas poco expresivas y es muy difícil conocer lo que hay en su interior porque ni ellos mismos saben.
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El signo de la balanza siempre se encuentra en búsqueda de equilibrio aunque esto sea una tarea prácticamente imposible. Odian la monotonía y son excesivamente inquietos. A pesar de ello, son inconstantes y les cuesta materializar sus ideas.
Escorpio no puede manejar su propia intensidad. Para este signo todos los asuntos son importantes y no pueden ordenar sus prioridades. Esto también trae problemas en el terreno amoroso, donde frecuentan distintas personas sin encontrar estabilidad. Son muy críticos y suelen juzgar a sus amistades, una característica muy molesta para quienes los rodean.
Son obstinados y siempre quieren tener la razón. Aman las discusiones pero nunca están abiertos a nuevas ideas, por lo que para los demás puede ser muy tedioso intentar conversar con un Sagitario. Son independientes y solitarios, lo que hace más fácil para ellos ser personas arriesgadas. Ojo, esta cualidad no siempre es buena y muchas veces acumulan experiencias negativas por montón.
Son personas aburridas y pesimistas. Les cuesta ver el lado positivo de la vida y se encuentran constantemente buscando un pretexto para hablar sobre sus problemas. No son personas relajadas tampoco, son controladores y esto puede incluso perjudicar sus horas de sueño.
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La frase “el que mucho abarca poco aprieta” define perfectamente el problema de acuario. Siempre quiere estar en todos lados y no consigue estar a gusto en ninguno. Son personas desesperadas, dóciles y amantes del dinero. A veces olvidan la importancia de las pequeñas cosas y de vivir tranquilamente. Siempre están pensando en el futuro y esto les genera mucha ansiedad.
Los piscis pecan de distraídos. Odian levantarse temprano y viven en un mundo de fantasía, creado por ellos. Son sentimentales pero muy rencorosos por lo que tienen una enorme dificultad para perdonar y son vengativos.
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