Determinan la manera en la que nos vinculamos, sentimos y percibimos el mundo. Cuáles son las luces y sombras de cada uno: claves para descubrir el poder oculto de cada elemento.
Estamos hechos con los mismos componentes del universo, somos polvo de estrellas, somos materia consciente del planeta tierra. La Astrología nos describe desde esta comunión y percibe cuatro tonos o personalidades humanas representadas en los cuatro elementos fundamentales de la materia: plasma (fuego), sólido (tierra), gas (aire) y líquido (agua).
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Cada uno de ellos nos propone una personalidad diferente, una manera distinta de sentir y de percibir el mundo. De acuerdo a tu signo, descubrí el elemento que te representa. Para reconocerte y reconocer a quienes te rodean.
La gente de Fuego, fuente de luz y de vida, se expresa con un estilo llamativo y vital, y son quienes aportan pasión y alegría a la gran melodía humana. Su estilo dramático e histriónico llama la la atención. Cálidos y calentones son expresivos, creativos y expansivos. Sinceros y luminosos, muestran el camino, dan dirección y sentido, son corajudos y avasallantes.
El Fuego necesita iluminar, aclarar y mostrarse genuino para conmover y purificar a su entorno. Su fogosa vitalidad los vuelve pasionales, alegres y festivos pero también demasiado frontales e impacientes. Tal como el Fuego, van hacia arriba, necesitan ascender, crecer, mejorar y expandir horizontes. El Fuego en permanente combustión los lleva a ser espontáneos y cambiantes y a dispersarse en irracionales deseos.
El Fuego es demandante, necesita de otros para seguir vivo y en su ciclotímica pasión puede mutar de cálida vitalidad primaveral a arrasante, abrazador e incontrolable fuego incendiario.
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La Tierra es el elemento mas estable y seguro. La gente de Tierra aporta estabilidad, quietud y compromiso a la gran melodía humana. En sus entrañas crece la vida y las formas, contiene en sí la nutrición que todo alimenta y la estabilidad que permite el crecimiento de todo.
Las personalidades de Tierra son perseverantes y reservadas, calladas y observadoras, les cuesta expresar lo que sienten, se los puede evaluar más por lo que hacen que por lo que dicen. La Tierra es perceptiva, contiene al mundo y sabe reconocer que necesita cada quien, sabe mirar, medir y escuchar, de ahí su escasa velocidad. Su gran capacidad de percibir la realidad lo lleva a saber responder las pautas sociales y actuar con de manera correcta, realista y eficiente. Sabe como pisar fuerte, poseer materia y ser buenos en transacciones y negocios.
Las personalidades de Tierra aportan cualidades de pragmatismo y acción eficiente. Pero la Tierra también es la más densa y la más lenta de los cuatro elementos y esto los lleva a cierta terquedad e inercia ante los cambios, cuando se sienten amenazados se vuelven inflexibles e intransigentes.
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El Aire es el elemento mas ligero y sutil. La gente de Aire es ágil, liviana y sociable. Su mirada equidistante sabe aportar justa renovación y creativas soluciones a la gran melodía humana. En este elemento viajan las palabras de conocimiento, el aliento y la sabiduría, las fragancias, los sonidos y la música. Son comunicativos, afables y visionarios, valoran la lógica racional y el trabajo en equipo.
El Aire permite que el día se vea iluminado y lleno de colores, su expresión es rápida, lucida, ocurrente y animada. Sus mentes se abren a varias formas de entender el mundo y aportan claridad a las cosas del mundo. Son personas que inspiran con la creatividad de sus pensamientos y con sus ideas futuristas. Las personas de Aire son inquietas y ocurrentes. Su tono es ante todo racional y comunicativo pero pueden alterarse mucho cuando las cosas se salen de su lógica racional y de su control y llegan a convertirse en personajes devastadores con sus acciones y opiniones huracanadas que arrasan con todo lo construido.
El Aire también puede volverse excesivamente frío o especulativo porque como el viento, no sabe como detenerse a sentir, anhela estar siempre alejando de los conflictos y en eterno baile celestial que lo aleja de los canales temores humanos.
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El Agua es el elemento primordial que da origen a toda la vida. Las personas de Agua aportan amor, sensibilidad, protección y empatía a la gran melodía humana. Con el Agua expresamos el dolor en lagrimas que alivian nuestras tristezas, tiene el don de purificar y lavar el dolor, por eso se utiliza en rituales y ceremonias espirituales. El Agua limpia la suciedad corporal y emocional, diluye la negatividad, ablanda y devuelve la paz. Es nutricia, beneficia y purifica el organismo físico y energético, ella cura, afloja, limpia y alivia.
Su capacidad para diluir y disolver otros materiales la lleva a fundirse con otros, a ser empáticos, resonantes, compasivos e intuitivos. Son profundos y comprometidos en sus relaciones y en sus proyectos.
El Agua es también un elemento adaptable pues toma la forma y el carácter de aquello que lo contiene, ellos pueden volverse charco, lluvia, océano o limitarse a adentro de un vaso, por eso son adaptables, resonantes y solidarios pero también influenciables, apegados y simbióticos. Suele costarle discriminar lo propio de lo ajeno y quedar dominados o dependientes a proyectos y opiniones ajenas.
El Agua en su gran capacidad de alterar su estados, sólido, líquido o gaseoso, puede volverlos ciclotímicos y cambiantes en sus estados emocionales.
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