Siempre hay un poco de luz entre tanta noticia negativa. La cuarentena puede dar señales equivocadas de individualismo y sálvese quién pueda. Pero no todo es caos y paranoia durante la crisis del coronavirus. Este es el caso Andrés y Leonardo Martínez, Rubén Tejadas, Alfredo Torres, Eduardo Martínez y Santiago Ghione, un grupo de seis jóvenes que viven en San Juan, y unieron su experiencia y know-how para desarrollar un respirador artificial para combatir el coronavirus. Otros jóvenes pergaminenses desarrollaron una idea similar también creando un respirador de bajo costo.
La pregunta puede surgir a quienes no están tan empapados del tema (o ajenos a las noticias): qué es un respirador artificial. Específicamente, se trata de un modelo de ambú (del inglés Airway Mask Bag Unit). Es decir, dispositivo manual que proporciona ventilación con presión positiva para aquellos pacientes que no respiran por su cuenta o que no logran respirar de manera adecuada.
“El pedido de realizar un ambú llegó a la empresa donde trabajo”, explica el Ing. Santiago Ghione. “Rápidamente, varios del equipo nos pusimos a trabajar en ello y lo diseñamos en programas de diseño en 3D como el Solid Works. Nos inspiramos en una nota del diario La Vanguardia que hablaba sobre los primeros respiradores artificiales hechos en impresoras 3D en España”, asegura. “Lo que más hice yo fue programar en otro programa para fabricar en CNC las piezas, y ejecutarlas en las máquinas que es un centro de mecanizado”, detalla Ghione.
“Algunos de mis compañeros se encargaron de imprimir las mordazas blancas que se ven en la foto en una impresora 3D y otros cortaron las chapas con un pantógrafo. Luego otro programó toda la electrónica para regular los tiempos de apertura, cierre de las mordazas y los desplazamientos. Fue un trabajo en equipo, que además logramos de manera remota, ya que no estamos todos en el mismo lugar”, destaca.
Para poder armar los prototipos, utilizaron las instalaciones de Cuyo Máquinas Argentinas, empresa donde trabaja Leonardo Martínez, que se dedica a la exportación de máquinas, e InduMet, otra empresa local abocada a la parte metalúrgica, en la industria minera, en la que trabaja su primo Andrés Martínez.
“Unimos las capacidades de las dos empresas, en algunas compartimos capacidades y en otras no. Hemos fusionado esfuerzos y logramos hacerlo. Un chico que conocemos tiene una impresora 3D, lo contactamos para pedirle ayuda por unas piezas que necesitábamos. Él suspendió su trabajo e hizo las partes. Cuando todos ponemos un granito, se pueden hacer grandes cosas”, siguió relatando Andrés Martínez.
Cuando todos ponemos un granito, se pueden hacer grandes cosas
“Si bien lo terminamos, no ha sido probado en ningún paciente y no cuenta con aprobación oficial ni está habilitado por ANMAT”, aclara Andrés Martínez. “En principio sirve y podemos llegar a fabricar unos 500 por semana, ya que se hace con todos productos que se consiguen en el mercado”, resalta Martínez.
“El aparato permite regular la velocidad, la cantidad de aire y el tiempo de espera. Se lo hemos enviado a representantes del Ministerio de Salud, quiénes nos manifestaron que en caso de ser necesario se utilizará, por lo que intentamos aportar nuestro granito de arena. También nos llamaron del Gobierno Provincial y nos manifestaron su apoyo”, añade Martínez.
Con esta iniciativa, los jóvenes tienen la capacidad de proveer respiradores de bajo costo a hospitales de la Provincia de San Juan, a fin de alivianar el trabajo de los médicos durante la crisis ayudando a salvar vidas.
Es un ejemplo de solidaridad, trabajo en equipo de forma remota, internacionalización de ideas, y cómo profesionales pueden aportar sus conocimientos e ingenio para ayudar en tiempos de crisis.
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