Según la última encuesta realizada en Estados Unidos por la Asociación Americana de Cirugía Plástica (ASAPS), la depilación láser se encuentra en el primer puesto con más de 1.000.000 de tratamientos realizados durante el último año. El mismo estudio revela que los hombres también han incrementado el uso de tratamientos no invasivos en más de un 106% en los últimos 10 años.
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El ritmo de vida es cada vez más acelerado y no tenemos todo el tiempo que deseamos para cuidar nuestra piel. Por eso, las mujeres buscan las opciones más prácticas, rápidas y efectivas a la hora de depilarse.
Una piel depilada aporta un montón de beneficios en la vida diaria: a la hora de hacer deporte, la ausencia de vello disminuye la sudoración, facilita los masajes y mejora la higiene. Ni hablar si estamos de vacaciones o en viaje de trabajo.
Por estos y otros motivos, la depilación permanente es actualmente el método preferido. Pero para elegir el tratamiento correcto es necesario informarse cabalmente.
¿Láser o Luz pulsada?
Lo importante a la hora de elegir un tratamiento de depilación es asegurarse que se trata de láser de diodo, como el Duet, o de Alexandrita, como el láser Candela, que son los más modernos que hay en el mercado.
“La gran diferencia entre el láser y la luz pulsada es que el láser es mucho más específico y permite llegar a temperaturas mayores para trabajar puntualmente en el folículo. Esta diferencia es muy evidente a partir de la tercera sesión que es cuando ya se va eliminando pelo y el que queda está ya más debilitado. Ahí es cuando la Luz Pulsada deja de ser efectiva”.
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¿Por qué láser? Porque el láser es la más avanzada tecnología para depilar las piernas, axilas, bozo y demás zonas del cuerpo. El láser Alexandrita (Candela) es específico para este tipo de tratamiento y hace que tu piel esté más protegida que nunca, ya que los tejidos que rodean el pelo quedan intactos al mismo tiempo que se destruye el folículo piloso.
Es clave, a su vez, hacerlo en lugares seguros. Si los aparatos no se están en manos expertas y si las tecnologías no cuentan con las aprobaciones sanitarias correspondientes, ni con las seguridades mínimas para realizar el tratamiento, se puede incurrir en quemaduras, manchas en la piel, además de resultar ineficaz el tratamiento.
Cómo actúa el Láser
El láser actúa por un proceso llamado “Fototermólisis selectiva” (foto: luz; termo: calor; lisis: destrucción; y selectiva porque sólo actúa si el pelo y el folículo están cargados de un pigmento llamado “melanina”).
En los centros estéticos serios, la consulta médica es sin cargo y permite determinar qué sistema es más conveniente para cada paciente, de acuerdo tipo de piel; color y grosor del pelo, presencia o no de alteraciones hormonales, entre otros factores que el profesional tendrá que evaluar. En esta consulta se informa sobre condiciones previas, cantidad de sesiones, intervalos entre las sesiones y cuidados posteriores.
Por esta razón, a la hora de optar por un método de depilación láser es muy importante buscar centros o institutos que cuentan con un respaldo médico, que esté manejado por dermatólogos o cirujanos plásticos y que todos los equipos tengan las aprobaciones de seguridad correspondientes -principalmente de ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica)-.
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Ciclo del pelo
El tratamiento de depilación láser es eficaz cuando el pelo se encuentra en la fase de crecimiento activo. Los folículos pilosos en la fase de descanso o de reposo necesitan progresar hasta la fase activa para someterlos al tratamiento.
Con el sistema láser, en cada sesión, se eliminan el 99.9% de los pelos que se encuentran en la etapa de crecimiento activo. Después de las primeras sesiones pueden aparecer nuevos pelos, pero éstos son aquellos que durante la depilación se encontraban en la fase de transición o descanso. Por consiguiente, a veces, se necesitan varias sesiones para lograr una reducción permanente del pelo.
En la primera sesión los pelos desaparecen instantáneamente y otros son expulsados por los folículos en los días posteriores, mientras que la piel permanece suave y sana.
En la segunda sesión, que tiene lugar entre dos ó cuatro semanas más tarde, se va eliminando el vello restante. La cantidad de sesiones necesarias para cada persona la establecerá el profesional a cargo del tratamiento según las condiciones de cada paciente (edad, sexo, zona a depilar, etc.).
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