Las altas temperaturas afectan a muchos dispositivos electrónicos y una de las afectadas puede ser la conexión WiFi.
Un estudio desarrollado por investigadores de la Universitat Politècnica de València concluyó que “las condiciones meteorológicas ejercen una influencia significativa en el rendimiento de las redes WiFi”.
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Jaime Lloret, investigador de dicha universidad, concluyó que factores como la lluvia, el frío, el calor o la incidencia solar, pueden afectar de manera significativa el rendimiento de las conexiones inalámbricas WiFi que funcionan a frecuencias de entre 2 y 4 GHz.
Los dispositivos electrónicos están diseñados para trabajar bajo unas determinadas condiciones. Desde el momento en que comiencen a operar fuera de esta norma, es muy probable que se produzcan problemas en sus funciones
Si la ola de calor se prolonga, el problema puede agravarse. Los componentes electrónicos pueden llegar a sufrir y se provocará una avería que haga que el equipo no funcione correctamente o incluso deje de hacerlo.
Los equipos de red están diseñados para trabajar a temperaturas por debajo de los 33 grados, arriba de eso van a sobrecalentarse de manera progresiva.
A diferencia de las computadoras, por ejemplo, que tienen ventiladores para defenderse del exceso de temperatura de su interior, los routers domésticos solo tienen unos agujeritos de ventilación que a veces, como en el caso de este verano, quizás no son suficiente.
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