Hace 25 años la Argentina sufrió el peor atentado terrorista de su historia. El edificio de la AMIA voló en pedazos, 85 personas fueron asesinadas y otras 300 heridas. Las escenas de horror y dolor nos dejaron una huella que jamás podrá borrarse.
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El país entero alzó su voz junto a la comunidad judía. La respuesta fue de una masividad muy pocas veces vista; cientos de miles de personas marcharon por las calles y el repudio al canallesco y criminal atentado, claramente encuadrable como crimen de lesa humanidad, fue unánime.
Sin embargo la respuesta institucional del país no estuvo jamás a la altura de semejante crimen.
Al igual que en el caso de la Embajada de Israel, el otro horrendo y brutal atentado de grandes proporciones ocurrido dos años antes de la AMIA, la Justicia nunca logró juzgar a los responsables de tan terribles delitos. Por el contrario, muchos de los funcionarios judiciales y del Poder Ejecutivo obstaculizaron las investigaciones y se involucraron en el encubrimiento de los crímenes
Dos ex presidentes de la Nación fueron acusados por ello y las causas respectivas aún están en trámite.
Como -por desgracia- suele ocurrir en la Argentina, los procesos judiciales referidos al poder duran décadas y, muchas veces, concluyen por prescripción, esto es, por el paso del tiempo durante el cual la Justicia no llegó a juzgar a los delincuentes.
En 2004, diez años después, la Justicia absolvió a los acusados en la primera causa penal (“AMIA 1”) y mandó investigar investigar por encubrimiento a diversos funcionarios, entre ellos nada menos que quien fue juez de la causa, Juan José Galeano, dos de sus fiscales, el ex Ministro Carlos Corach y el ex jefe de la entonces SIDE, Hugo Anzorreguy.
Recién en 2015 se inició la llamada causa “AMIA 2” donde a comienzos de este año se condenó en la instancia de Tribunal Oral a los citados ex Juez, ex fiscales y ex jefe de la SIDE y se absolvió al ex Presidente Carlos Menem y a otros procesados, sentencia que se encuentra apelada.
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Como es sabido, en paralelo se encuentra en trámite la causa de encubrimiento derivada del Memorándum de entendimiento con Irán firmado por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y ya declarado inconstitucional por la Justicia mediante sentencia firme, donde están procesadas la ex mandataria y otras personas vinculadas a su gobierno.
La impunidad de crímenes de tan monstruosa gravedad es una afrenta al Estado de Derecho que se potencia por no haber podido siquiera esclarecer su encubrimiento en el más alto nivel del Estado durante dos de los gobiernos que lo condujeron en estos 25 años
Un cuarto de siglo más tarde la deuda con las víctimas en primer lugar y para con la sociedad en su conjunto, sigue siendo la misma. El horror de ambos atentados ha tenido consecuencias irreversibles para las víctimas, sus familias, sus amigos y, en otra medida, claro, para el país que sigue esperando una respuesta de la Justicia, la única alternativa civilizada que podemos obtener.
Como decíamos un año atrás, los lamentables resultados de las investigaciones judiciales, sumados a la cadena de encubrimientos y violaciones legales por parte de muchos de sus principales responsables, vuelven a alertarnos, por enésima vez, sobre uno de los más graves problemas de la sociedad argentina del que, hoy más que nunca, debemos tomar conciencia. Seguimos siendo, en gran medida, un país al margen de la Ley.
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