Ella tiene 98 y él, 94: se conocieron en el gimnasio y ahora se casan

Gertrude Mokotoff y Alvin Mann se conocieron hace ocho años en un gimnasio en Middletown, Nueva York, adonde siguen yendo todavía hoy dos veces por semana. “Un amigo común me dijo: ‘Me gustaría que conocieras a una joven muy agradable’. Y así fue”, contó el al diario The New York Times, a horas de su casamiento.

En su primera cita, la llevó a un restaurante en Middletown llamado Something Sweet. “Había algo en ella que me hizo querer seguir hablando”, recordó. Recorrieron temas de lo más diversos: pasado, presente, hijos, nietos, sueños, metas… Poco tiempo después ya estaban decidiendo “compartir una vida juntos”.

Ambos eran viudos de matrimonios anteriores y tienen siete hijos, 12 nietos y siete bisnietos

Lo que tantos llaman vejez no los asustaba nada. Mann, que había trabajado durante décadas como marino mercante, no dudó en empezar una carrera universitaria al jubilarse. De hecho, a los 93 años recibió su licenciatura en historia en el Mount St. Mary College en Newburgh, NY.

Y ella, bióloga retirada y dos veces alcalde en Middletown luego de jubilarse y criar cuatro hijos, estaba ansiosa por llenar de buena compañía su hermosa casa.

“Se burlan de mí por estar con alguien más joven, pero la diferencia de edad nunca me molestó”, se ríe ella, y confió que fue ella quien le pidió casamiento.

Juraron su amor ante el juez el 5 de agosto en Middletown, donde intercambiaron votos ante el alcalde Joseph DeStefano y 50 familiares y amigos cercanos.

Cuando su guitarrista comenzó a rasguear “Somewhere Over the Rainbow”, la Sra. Mokotoff, agarrando un pequeño ramo de rosas blancas, salió de una habitación lateral y comenzó a caminar lentamente hacia su futuro marido, con los ojos llenos de lágrimas.

El 20 de agosto, juntos soplarán las velas en la torta de cumpleaños de la flamante esposa, que cumplirá 99 años.

“La gente siempre pregunta qué es lo que nos mantiene jóvenes”, dijo Mann. “Por supuesto, una parte se debe a la ciencia médica, pero la mayor parte es que vivimos vidas libres de preocupaciones. No dejamos que nada que no podamos controlar nos moleste en lo más mínimo”.