La higiene de todos los elementos para alimentar y calmar a un bebé es fundamental para cuidar su salud y prevenir intoxicaciones y contagios. Los utensilios se contaminan fácilmente y la vulnerabilidad de los pequeños exige de los adultos el máximo cuidado. Aprender cómo esterilizar mamaderas y chupetes es clave para proteger a los niños. Compartimos consejos superprácticos para resolverlo de manera superfácil.
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Los pediatras recomiendan esterilizar las mamaderas, chupetes y utensilios hasta que el bebé cumpla un año. Es especialmente importante en los primeros seis meses, porque, al ser lugares húmedos y con restos de alimentos, los virus y las bacterias se reproducen fácilmente.
Si no higienizamos bien los utensilios con los cuales alimentamos al bebé, el riesgo de intoxicaciones y contagios se incrementa mucho. Compartimos algunas claves de una buena esterilización.
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Esterilizar o desinfectar es higienizar o limpiar de manera tal que quede libre de todo germen para evitar la proliferación de virus y bacterias. Es la mejor manera de eliminar los restos de comida o suciedad que puedan provocar infecciones o intoxicaciones.
Puedes hacerlo de forma casera o utilizar productos que están a la venta en el mercado, a precios cada vez más accesibles, que son muy buenos y facilitan mucho la tarea. No sólo permiten ahorrar tiempo sino que tienen altos niveles de seguridad comprobados en todo el proceso de esterilización.
Es clave saber que no alcanza con lavar las cosas con agua caliente y jabón, como lo hacemos con los demás utensilios de la casa. Es importante que te ayudes con un cepillo para eliminar los residuos de leche y comida que se acumulan en el fondo de la mamadera y, sobre todo, en las tetinas (recuerda que es conveniente lavarla inmediatamente después de usarla, antes de que la leche se seque). Luego hay que enjuagar bien con agua caliente y, recién después, avanzar con la esterilización.
Muchos padres se preguntan qué se necesita para esterilizar mamaderas, pensando que es algo difícil. Pero es sencillo. Puedes comprar un esterilizador o usar una olla que tengas en casa, sumados a un cepillo suave y jabón neutro.
Como verás, hay distintas opciones. De todas formas, ante imprevistos cortes de luz o viajes familiares es bueno considerar siempre el sistema que usaron nuestras madres y abuelas. Sólo tenés que reservar una olla de tu cocina para este único fin durante un tiempo.
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Todos sabemos el rol fundamental que tiene el chupete en la mayoría de los bebés y que su higiene es crucial porque “vive” en la boca del niño en una etapa vulnerable. Por eso es importante esterilizarlo cuando lo estrenamos y, al menos, una vez por semana. En general no es necesario desinfectarlo todos los días, a menos que tenga algún problema de salud o sea prematuro y requiera cuidados más específicos.
Si bien cuando compras un chupete viene en un envoltorio estéril, para mayor seguridad te recomendamos que lo desinfectes antes de dárselo a la criatura. La manera de hacerlo es igual que la de la mamadera.
Cuando el chupete se cae al suelo, es recomendable lavarlo con agua caliente y jabón neutro y luego pasarlo por agua tibia hasta llegar a fría
Hay opciones para esterilizar en frío, que son iguales de efectivos. Pocos padres lo eligen porque lo consideran un proceso poco natural, porque supone el uso productos químicos que se venden en las farmacias para tal fin. Este proceso no es muy recomendable, ya que no es bueno exponer a tu bebé a químicos que puedan afectar su salud a largo plazo. En todo caso, consúltalo con su pediatra.
Según los médicos, a los doce meses el sistema inmunológico del niño ya va a ser lo suficientemente fuerte como para combatir la mayoría de los gérmenes y bacterias con los que estamos en contacto a diario.
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También es importante, cada tanto, higienizar y desinfectar los juguetes. Es imposible controlar que no vayan a la boca de los niños, por lo que es indispensable mantenerlos limpios.
La mayoría de los juguetes tiene una etiqueta de cuidado y conviene revisarla. Se recomienda no lavarlos en lavarropas, salvo algún muñeco o peluche que lo permita. Conviene lavarlos a mano con agua y un detergente suave o shampoo para bebés.
Luego, para desinfectarlos, puedes rociarlos con una mezcla de partes iguales de alcohol y agua y dejar reposar durante un minuto. Enjuagar de nuevo y poner a secar.
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El mundo está lleno de gérmenes, ácaros, virus y bacterias. Los chicos están en permanente contacto con ellos porque descubren el mundo a través de sus manos y llevan todo a su boca. Es lo normal en esta etapa de crecimiento y es un proceso que reforzará su sistema inmune, creando las armas que el cuerpo necesita para defenderse de posibles virus y bacterias.
Además, los bebés que tienen la posibilidad de tomar leche materna están protegidos por las defensas que le trasmite su mamá.
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