Crianza: ensuciarse prepara a los chicos para el futuro

Te contamos la importancia y los beneficios que tiene dejar a los más chicos divertirse y jugar sin reprocharlos.

Ensuciarse hace bien. Los bebes tienen la iniciativa y la capacidad de investigar, probar, tocar, curiosear. Varias veces por día, apenas tienen sus necesidades básicas atendidas y cuando todavía no tienen sueño, y/o cuando acaban de despertarse antes de sentir hambre, miran más allá de su mamá y van descubriendo el mundo.

El arte de jugar

Según la visión de Donald Winnicott, psicoanalista inglés, los niños “inventan” el mundo, un mundo que ya fue inventado y descubierto antes, pero ellos no lo saben. En situaciones ideales en sus múltiples y variados intentos van explorando y conociendo su entorno.

¡Cuánto más vale lo que ellos encuentran por sus propios medios que lo que les enseñamos!.

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De ese modo, por ejemplo, descubren qué es y para qué sirve un móvil, un oso de peluche, un autito, la mano de su mamá, cómo entra el rayo de sol por la ventana de su cuarto, dónde termina él y empieza mamá, cómo funcionan las cosas, etc.

Y es importante que estemos atentos para lograr que, a medida que crecen, no pierdan el deseo y el entusiasmo por hacerlo.

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De alguna manera, con el paso de los años y sin que nos demos cuenta, va disminuyendo en ellos la pasión por descubrir, por inventar, incluso por investigar o preguntar.

Tomar conciencia de los beneficios a futuro que tiene para los chicos permitirles ensuciarse (tanto literal como metafóricamente) es fundamental.

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Es una manera de habilitarlos, de no coartar o impedir las iniciativas, las búsquedas, las experimentaciones y los ensayos, de modo que sigan investigando, descubriendo, inventando, curioseando. Al dejarlos explorar el mundo, los adultos estamos invitando, abriendo puertas.

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