Carreras de galgos: 7 razones por las cuales oponerse

Las carreras de galgos consisten en hacer correr en un circuito ovalado (canódromo) a varios perros de esta raza detrás de una liebre artificial, a la que nunca podrán alcanzar hasta llegar a una meta. Se trata de una competencia en la cual se hacen apuestas, como ocurre con los caballos en el turf, y el primero en llegar es el ganador.

La liebre, que corre por un carril electrificado, va siempre por delante de los perros, que nunca pueden alcanzarla.

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Luego de varios pedidos de asociaciones protectoras de animales, la Cámara de Diputados de la Nación Argentina convirtió en ley el proyecto para prohibir las carreras de galgos en todo el territorio argentino y que castiga con penas de hasta 4 años de cárcel y altas multas a quien realice, promueva u organice la actividad.

Por qué estamos en contra de las carreras de galgos

Buena Vibra presenta un resumen de los motivos que nos llevan a estar en contra de este tipo de actividades que implican maltrato animal.

• Según denuncian diversas organizaciones defensoras de animales, las condiciones de vida de estos de los perros que participan en las carreras de galgos son paupérrimas. Los galgos preparados para participar en las carreras viven hacinados en jaulas diminutas, privados de sus necesidades afectivas y transportados a las competencias en baúles o cajas y castigados con látigos.
• Las organizaciones defensoras de animales advierten que los perros sometidos a correr carreras son drogados. Muchos miembros de estas organizaciones denuncian que ya a los 6 meses se les comienza a suministrar drogas que contienen estricnina, arsénico, efedrina, Viagra o esteroides que buscan potenciar su rendimiento en la competencia.

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• Poco antes del inicio de la carrera se les da una inyección en el cuello o en el pecho que puede contener metanfetaminas y hasta cocaína líquida con vitaminas.
• Después de un domingo de carrera, muchos perros terminan con fracturas, problemas sistémicos, paros cardíacos o muertes súbitas. Los que se lastiman son atados y sometidos a montas forzadas para la reproducción indiscriminada de la raza.
• Los galgos compiten aproximadamente por 3 años y luego muchos de ellos son descartados porque ya no son útiles para lo que fueron entrenados, lo que no quiere decir que todos los criadores de galgos hagan eso, pero es una práctica que se ha constatado en distintos lugares del país.
• Cuanto mayor es el negocio, mayor también la crueldad, y menor el respeto hacia la  vida animal. Para entrenarlos, los galgueros los atan con sogas y los hacen correr en la ruta y los perros se caen o se queman.
• Más allá del abandono al que son expuestos luego de los tres años, es tal la explotación que sus dueños efectúan con ellos que al cabo de su “vida útil” para las competencias quedan completamente destrozados.

En cuanto a las consecuencias para las personas que de un modo u otro son parte de esta actividad, podemos decir que alrededor de las carreras de galgos se desarrolla un importante círculo de juego clandestino basado en las apuestas privadas, que mueve miles de millones de pesos en todo el país.

Se estima que unos 4 millones de personas intervienen como aficionados o participantes.

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