Parece el típico problema adolescente: gusto de alguien pero esa persona no gusta de mí. Nadie se murió o tiene una enfermedad terminal, no perdiste el trabajo o la casa y no parece un inconveniente insuperable. Probablemente, la mayoría de tu amigos seguramente te diría que hay miles de peces en el mar, que no pierdas tiempo y que no es para tanto.
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Sin embargo, vos sentís como las lágrimas empiezan a inundar tu habitación, escuchás música cada vez más triste y no tenés ganas de hacer nada. ¿Cómo se lidia con la dolorosa situación de amar y que no te amen de vuelta?
Es la situación más personal e impersonal del mundo. Para esa persona no le gustás y ya, no es que le caes mal ni nada, simplemente no está enamorada de vos. En cambio para vos, es un mundo: la persona que considerás fantástica no te ama. Empezás a cuestionar todo sobre vos, pensás que sos horrible y que nadie te va a querer nunca más por el resto de tu vida.
Tranqui, esto se puede superar sin arruinar tu autoestima por completo, solo hace falta un poco de educación emocional y afectiva. Lo más importante es no dejarse arrastrar por estos sentimientos negativos. Algunos consejos para hacerlo.
El desamor, la falta de reciprocidad en la atracción sexual y el rechazo a crear un vínculo más allá de lo amistoso, duelen. Pero no existe forma de eliminar el riesgo y debemos acostumbrarnos a vivir así, cuanto antes lo comprendamos más chances tendremos de sobreponernos cada vez que suceda.
Por eso mismo, es importante entender este dolor y analizarlo. David A. Sbarra y Grace M. Larson identificaron en un estudio que es mucho más fácil sobreponerse a una ruptura analizando los sentimientos que nos golpean en ese momento y comprendiendo el papel que juegan en nuestro autoconcepto que negarlos.
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Lo mejor en esta situación es tener una actitud activa, distraerse y evitar que los sentimientos negativos de este momento bloqueen tu vida. Para ello es fundamental tener objetivos, nuevos retos y entre ellos, debe brillar por su ausencia “recuperar a esa persona”. Al menos, si querés aceptar la situación y superarla.
Si querés atravesar esta situación sin generar dependencia hacia el otro, dejá de torturarte. Dejá de pensar en lo linda, sexy e inteligente que es esa persona mientras comés helado en pijama. En lugar de eso, invertí en vos. Hacé pequeñas cosas que te hagan bien como empezar al gimnasio, hacerte las manos, salí con amigos, comé en restaurantes elegantes sola o anda al cine. Hacé lo que quieras pero por vos, sin pensar en una motivación ulterior.
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Reemplazar una relación por otra puede resultar tentador. Es una salida fácil pero irresponsable porque en lugar de enfrentar tus emociones, enterrás los sentimientos de abandono, de dependencia y culpabilidad.
Las relaciones deben nacer desde lo sano, porque elegimos a esa persona por sobre otras, no es justo para ellos ni para nosotros mismos hacerlo para evitar nuestros sentimientos de rechazo.
No debemos dejar de lado que estamos atravesando un proceso que guarda ciertas similitudes con el duelo. Genera estrés, ansiedad, resignación y sentimientos de dependencia frecuentes y adictivos. Si la situación se vuelve más complicada, lo recomendable es buscar ayuda profesional y no permanecer en un estado de continua frustración, donde reina el sufrimiento.
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