Existe el mito de que el amor todo lo puede, que si hay amor una pareja puede solucionar todos los problemas que tenga. Esto lamentablemente no es más que un mito: todo el tiempo veo parejas en el consultorio que, a pesar de quererse, se separan igual.
Sería ideal que ésto no fuera un mito, ya que habría menos separaciones y divorcios y, también, menos sufrimiento. Por eso es interesante poder pensar qué otros factores entran en juego en un vínculo amoroso y por qué pueden llegar a ser igual de importantes que el amor.
Todos conocemos alguna pareja cercana que se haya separado. En los últimos tiempos, es moneda corriente que una pareja finalice su vínculo. Se producen más de 150 presentaciones de divorcio por día y eso nos alerta y nos hace preguntarnos cuáles son los principales motivos que llevan a una pareja a la separación. ¿Por qué las parejas se separan casi a la vuelta del Registro Civil?
Para pensar la respuesta a esta pregunta me gustaría empezar por contarte que toda pareja tiene un contrato: es un contrato que no se firma a una hora y en un lugar determinado, sino que se va armando en los primeros meses de la relación. Y es un contrato más complejo de los que conocemos habitualmente porque tiene aspectos conscientes e inconscientes, y que muchas veces están planteados desde nuestras carencias y suelen ser los más peligrosos para la relación.
Todo contrato regula los derechos y las obligaciones de las partes que participan en él. En el caso de la pareja, el mayor problema que se puede presentar es que este contrato sea asimétrico: o sea, que uno de los integrantes tenga más derechos y menos obligaciones y que el otro tenga más obligaciones y menos derechos. Cuando esto ocurre, estamos frente a una pareja que es completamente asimétrica.
El factor fundamental que regula un contrato de pareja es la distribución del poder que circula dentro de esa relación
En todo vínculo humano, sea de familia, laboral o de pareja, circula poder. El gran desafío que tiene toda pareja es distribuir equitativamente ese poder. Si ese poder está mal distribuido, aparece lo que yo llamo el “síndrome de la asimetría“, que es una de las causas de separación más frecuentes que puede tener una pareja.
Tampoco se trata de que una pareja sea completamente pareja porque eso es imposible. Siempre puede haber uno que esté por encima del otro, pero también siempre se espera que haya alternancia: o sea, que en momento uno tenga la prioridad y, en otro momento, la tenga el otro. El gran problema del síndrome de la simetría es cuando se instalan diferencias muy marcadas dentro de los integrantes de la relación.
Existen dos tipos de síndrome de asimetría: uno es el horizontal y el otro el vertical. En este último se produce una situación jerárquica: uno de los integrantes está por sobre el otro, se da una suerte de dinámica de jefe y empleado, uno hace todo lo que el otro quiere.
Lee más: Por qué temas pelean las parejas y cuándo el riesgo de separación se agranda
En la asimetría horizontal se presenta la distancia emocional. A uno o a ambos integrantes de la pareja ya no le interesa lo que le sucede al otro. Sea bueno o sea malo, no le produce absolutamente nada lo que le pase a la pareja.
Es importante poder detectar a tiempo si a tu pareja le sucede algo de ésto. Cuando más temprano se detecta, más se puede hacer al respecto.
Mientras tanto, te dejo la pregunta que toda pareja se debería hacer en algún momento. ¿Qué tan pareja es tu pareja?
Fuente: Sebastián Girona, psicólogo.
Te puede interesar:
Utilizamos cookies de terceros para mostrar publicidad relacionada con tus preferencias. Si continúas navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Puede obtener más información en:
Politica de Privacidad