El agua es fundamental para todos los seres vivos. De hecho, el cuerpo humano está compuesto en un 70% de agua y es clave cuidar ese equilibrio para que todo nuestro organismo funcione como corresponde. Para cuidar la calidad y la cantidad de lo que tomamos, te contamos cómo purificar el agua y cuidar mejor a tu familia.
Aprender cómo se potabiliza el agua y que dispositivos existen para mejorar su calidad es clave para prevenir intoxicaciones y enfermedades. Además, eliminar algunos metales o contaminantes puede ayudarte a cuidar los electrodomésticos que usan agua y las cañerías de tu casa.
El agua potable es aquella que está libre de sustancias y microorganismos que puedan afectar la salud. Los requerimientos de potabilidad pueden variar dependiendo de múltiples factores:
En general, el agua que llega a nuestros hogares es potable y apta para el consumo, pero, por distintas circunstancias, puede contaminarse en el trayecto o en el interior de las casas, y no siempre es la ideal para hidratar a nuestro organismo o, incluso, para cocinar. En muchas zonas, viviendas o edificios, se ha comprobado que está contaminada con patógenos, minerales y otras impurezas que favorecen el desarrollo de enfermedades o problemas médicos.
Felizmente, hay cada vez más métodos y accesorios para optimizar la calidad del agua que tomamos. Hay filtros, jarras y otros elementos domésticos que pueden ser grandes aliados a lo hora de conseguir mayor calidad y mejor sabor.
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Un purificador de agua es un aparato que elimina de manera mecánica y/o eléctrica aquellos elementos químicos dañinos, bacterias, polvo y demás partículas no deseadas. Los filtros para agua potable mejoran considerablemente el sabor de lo que bebemos, eliminando incluso malos olores.
Es posible encontrar en el mercado numerosos sistemas para purificar el agua y su instalación puede ser realmente fácil en función de las necesidades que tengamos.
Si sólo queremos optimizar el agua que usamos para beber o cocinar, pueden estar conectados a la canilla de la cocina. Si deseamos mejorar la calidad en toda la casa, se pueden conectar directamente a la toma de entrada principal de agua, cuidando de esa manera las cañerías, los electrodomésticos y, sobre todo, el líquido que nos higieniza al lavarnos o bañarnos.
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El funcionamiento de un filtro purificador de agua no tiene mayor complejidad. Cuenta con una serie de capas que van filtrando el agua de forma casi instantánea. Estas capas tienen una serie de características y propiedades específicas, que garantizan líquido de calidad, eliminando contaminantes específicos.
Los beneficios de tener un filtro de agua son innumerables. Tener un purificador de agua nos asegura:
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Hay una serie de factores que se deben tener en cuenta antes de comprar un purificador:
Cuando empezamos a buscar opciones, encontramos que hay diferentes alternativas, que van desde sencillas jarras hasta filtros para agua de pozo.
El funcionamiento de un dispositivo casero es muy simple, pero su fabricación tiene algunos secretos. Se trata de filtros de arena o de grava que emulan el proceso de filtrado natural, que ocurre cuando el agua atraviesa el suelo para llegar a los acuíferos subterráneos. Fueron los primeros filtros utilizados para potabilizar y prevenir enfermedades como el cólera. Luego, los purificadores industriales y hogareños se volvieron más accesibles, más prácticos y con mejor diseño, y conquistaron hogares y oficinas.
El agua potable no es siempre “pura”. De hecho, basta con ver un filtro tras meses de uso para ver que retienen partículas de sedimentos, arenillas del agua y otros elementos invisibles. Los purificadores poseen capas de filtros capaces de retener, además, sustancias químicas (cloro) y metales pesados (nitritos, nitratos, otros).
Otra forma de purificación del agua es a través de los equipos de ósmosis inversa. Se trata de un equipo compuesto por una membrana semipermeable, con poros minúsculos, que funciona como filtro que retiene nitratos, fosfatos, arsénico y otros minerales, además de bacterias, hongos y otros organismos patógenos.
Las jarras purificadoras de agua son la forma más fácil de resolver el problema cuando sólo se trata de beber. Tienen una recámara con tapa donde se carga el agua de red y luego se comienza a decantar pasando por el filtro de carbón activado que tiene en la base.
El agua que pasa por este filtro deja atrapado cualquier resto de cloro, sedimentos, metales pesados, herbicidas, pesticidas, plaguicidas y evita la formación de colonias bacterianas dentro de la unidad filtrante.
Otra opción que muchas viviendas incorporan es el suavizador de agua, también llamado descalcificador o ablandador. Es un aparato que, por medios mecánicos o químicos, trata el agua para reducir el contenido de sales minerales y sus incrustaciones en tuberías y depósitos.
Como verás, las opciones son muchas y para todos los bolsillos. Hacerte bien está a un click de distancia.
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