Huerta y Jardín

Cultivo urbano: consejos para tener una huerta casera

No es necesario un gran inversión ni tener muchos metros de patio o jardín. Aquí, cómo armar una huerta en casa y disfrutar un hobby que te permitirá ahorrar y comer más sano.

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Tener un hobby, compartir una actividad gratificante en familia, gastar menos dinero en alimentos y comer más sano. Son apenas algunos de los beneficios asociados al cultivo urbano, una tendencia que avanza y se masifica de la mano de recursos creativos que hoy permiten tener una huerta casera aún en un metro cuadrado de balcón o incluso en una maceta. Consejos para sumarte a una moda que hace bien.

Consejos para tener una huerta casera

Hacer una huerta en casa no es difícil ni costoso. Por eso cada vez son más los que empiezan a sembrar en su hogar sus propias verduras, hortalizas y plantas aromáticas.

Invirtiendo algo de tiempo y poco dinero, podemos disfrutar de la horticultura hogareña, una tarea que, además de relajarnos y entretenernos, nos va a ayudar sin duda a tener una alimentación más saludable y a ahorrar dinero.

Cómo hacer una huerta en casa

Es importante saber que no hace falta una gran inversión para armar una huerta casera: basta con un poco de información para dar el puntapié inicial y conocer algunas claves de la tarea de la siembra y la cosecha.

Ten en cuenta al comienzo una huerta puede demandar tiempo y dedicación, pero, una vez que se establece, te va a dar mucho pidiéndote poco.

Qué necesitamos para hacer una huerta

Lo primero que debes saber es que nadie está excluido de la posibilidad de hacer su propia huerta en casa: no es necesario tener un patio ni un gran jardín: basta con un pequeño balcón e incluso en una maceta que cuelgue de una ventana. Básicamente, lo que necesitamos son tres cosas básicas:

Puedes leer: 10 razones para tener una huerta en casa

  1. Una maceta o recipiente donde colocar tierra: quienes viven en departamentos o casas pequeñas pueden armar su propia huerta en cajones, canastos, macetas y hasta tachos de pintura. Basta con ponerse creativos y buscar en casa algún objeto que no usemos. Con al menos 40 centímetros de profundidad para que las raíces crezcan a gusto, alcanza. Eso sí: es clave recordar perforar la base para permitir el drenaje.
  2. Tierra y abono para que en la maceta se renueven nutrientes, aire y agua (si te animas a compostar, mejor aún -más adelante te contamos de qué se trata).
  3. Semillas o plantines: si puedes conseguir semillas orgánicas, ideal.

Más allá de estos elementos básicos, es bueno ir comprando de a poco otros que nos facilitarán la tarea:

  • Palita para macetas.
  • Regadera.
  • Guantes.
  • Rociador.
  • Fertilizantes (si no vas por el lado orgánico).

Cómo hacer una huerta en espacios reducidos

Si tienes poco espacio, una solución ideal son las huertas verticales. Te sorprendería ver cuántas plantas puedes sembrar y cuántas verduras y hierbas aromáticas puedes conseguir con cada una de ellas. Son prácticas y sencillas de manejar y hay de diferentes estilos y materiales.

Otra buena solución para tener una huerta en un departamento o espacio chico es distribuirla: tenerla separada en dos, tres o cuatro macetas. Además, de esa manera puedes combinar mejor las plantas y volver tu huerta súper eficiente.

Puedes leer: Huerta casera: el lugar donde toda la familia se involucra

Cómo armar una huerta orgánica en casa

Para generar un espacio de cultivos orgánicos solo es necesario seguir algunos pasos sencillos:

  • Lo primero es elegir un buen lugar, donde podamos contar con las condiciones de asolamiento requeridas por los distintos cultivos.
  • Luego, si compraste tierra, seguro está lista para usar. Pero, si la sacaste de algún lado, es bueno limpiarla y eliminar impurezas, malezas y residuos como vidrios o cascotes.
  • Unas 2 o 3 semanas antes de sembrar es conveniente remover la tierra para que se airee bien. Puedes hacerlo con la pala en pocos minutos.
  • Una vez que la tierra está labrada y limpia, lo ideal es extender una capa de unos 5 cm de abono orgánico uniformemente por la superficie y luego ir enterrándolo. Añadiendo abono cada año se mantendrá la estructura grumosa y el suelo fértil y aireado.
  • Una vez que tengamos aireada la tierra, fertilizada y con abono orgánico, podemos sembrar las verduras y hortalizas que deseamos. Pero para ello debemos tener en cuenta dos cosas fundamentales: asociar cultivos y compostar. Es bueno saber que en la huerta orgánica se intenta, a través de diferentes prácticas, que el sistema se autorregule, tal y como ocurre en un ecosistema natural.

Cómo asociar cultivos

Asociando cultivos correctamente podemos obtener una huerta más sana y productiva, ya que evitamos que los vegetales compitan entre sí por los mismos recursos naturales disponibles como los nutrientes, el sol o el espacio.

A la hora de decidir qué asociaciones hacer, es conveniente tener en cuenta que las plantas de la misma familia suelen ser incompatibles entre sí, por lo que debemos evitar cultivarlas juntas.

Algunos ejemplos: cucurbitáceas (sandía, melón, calabaza, calabacín, pepino), leguminosas (habas, arvejas, porotos, lentejas) o solanáceas (berenjena, tomate, pimiento, patatas).

Algunos ejemplos concretos son:

  • Tomate y albahaca: esta última mejora el sabor del tomate y aleja a las moscas que dañan su desarrollo.
  • Romero y zanahorias: es bueno colocar el romero cerca de zanahorias y coles, ya que repele insectos.
  • Menta y brócoli: la menta es muy buena para alejar a las plagas que atacan a los coles.

Puedes leer: Por qué es importante saber asociar los cultivos de tu huerta

Qué es compostar y cómo hacerlo

Compostar es reciclar los residuos orgánicos para convertirlos en un fertilizante natural. Es una tarea sencilla y rápida de llevar a cabo.

Los elementos que podemos y debemos usar para compostar se dividen en:

  • Materia húmeda o verde: Son plantas verdes (o inmaduras) que se pueden incluir como la poda de árboles y hierba.  Así mismo incluyen desperdicios de cocina. También se puede pensar en alfalfa y otros pastos.  Si se usa estiércol, está considerado como materia verde.
  • Materia seca o marrón: Plantas secas (o maduras) como lo son cereales y granos, papel sin tinta, hojas, flores y restos de poda (ya secos), cáscaras de huevo, fósforos usados, pelos y uñas.
  • Para concluir podemos incorporar lombrices a este lugar de compostaje. Las lombrices son las estrellas del compost y están altamente recomendadas.

Por qué tener una huerta casera

Los efectos positivos de cultivar la tierra no solo se miden por la cantidad de verduras, hortalizas y/o frutas que cosechamos. Los beneficios sobre la salud y el bienestar son múltiples y en planos muy diversos. Compartimos algunos de ellos:

  • Satisfacción personal: cultivar implica esfuerzo y dedicación, pero es una actividad muy grata, con resultados tangibles. Eso genera satisfacción y un sentimiento de realización al ver el fruto de tu trabajo y poder compartirlo con los otros.
  • Mejor salud: al estar 100% libres de las toxinas presentes en los fertilizantes y pesticidas industriales, las frutas y verduras de una huerta casera son altamente beneficiosas para nuestro organismo. No sólo consumís alimentos orgánicos, sino que los producís vos mismo.
  • Mejoramiento del entorno: en espacios urbanos y con poco acceso a la naturaleza, un huerto urbano permite modificar el paisaje comunitario y convertirlo en un lugar más agradable a la vista. Armar en un balcón una huerta en macetas es una opción que redobla la satisfacción del trabajo.
  • Economía personal: contar con una mini-verdulería en casa representa un ahorro de dinero importante que vas a poder notar cada fin de mes.
  • Salud física y mental: el trabajo de la huerta nos mantiene activos y además funciona como terapia “antiestrés”. La terapia florihortícola tiene beneficios terapéuticos porque estimula los cinco sentidos del ser humano. Fortalece el equilibrio cultural y espiritual en el que se sustenta la salud humana. De esta manera, mejora la calidad de vida de la persona.

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  • Ahorro energético: entre las numerosas ventajas de armar una huerta en macetas, una de las más importantes es que nos ayuda a ahorrar en el consumo de energía, ya que estas plantas aportan un aislamiento térmico interesante. En el balcón o en el patio de la casa pueden actuar como barrera natural de las temperaturas exteriores, lo que nos permite reducir el consumo energético de las casas y edificios.

La agricultura orgánica es relevante para nuestra salud y, mirando al largo plazo, para el futuro de nuestro planeta. La producción y el consumo de alimentos orgánicos nos ayuda a prevenir enfermedades y reforzar nuestro sistema inmune, ya que los alimentos cultivados sin usar productos químicos tienen mejores condiciones nutricionales: son más altos en antioxidantes y más bajos en nitratos.

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