Cuando hablamos de agricultura orgánica podemos cometer el error de pensar en amplios espacios de tierra para poder cultivar una importante cantidad de alimentos con las condiciones apropiadas y máquinas especiales.
Sin embargo, es exactamente al revés ya que uno de los aspectos fundamentales de la agricultura orgánica es que puede ser desarrollada en la cantidad de espacio que tengamos disponible.
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7 vegetales que podés plantar en tu casa
Por otro lado, las cebollas, el ajo, el perejil, los tomates y las hierbas frescas son básicos en la cocina, y pueden llegar a convertirse en un gasto que a lo largo del año suele ser bastante alto.
Hoy te acercamos una serie de alimentos que podemos cultivar en nuestra propia casa, sin necesidad de disponer de grandes extensiones de tierra para ello. Para poder producir la mayoría de estos vegetales alcanza con un balcón con macetas.
La lechuga puede ser “rebrotada”
La lechuga es uno de esos vegetales que siempre están presentes pero sobre cuyos beneficios sabemos muy poco.
Esta planta tiene vitaminas A, del grupo B (B1, B2, B3, B9), C y E. Además posee minerales como el magnesio, potasio, calcio, sodio, hierro y selenio. Y por otro lado contiene flavonoides muy saludables para el corazón, el hígado, y que protegen nuestro organismo ante enfermedades degenerativas.
Lo bueno que podemos sumarle a esta sencilla verdura es que a partir de un pequeño tronco de lechuga comprada en un mercado o mucho mejor si es cosechada en un huerto, se puede conseguir una nueva lechuga.
Lo que hay que hacer es colocar la base en un recipiente no muy profundo, con bastante agua y fundamentalmente con mucha luz natural. En unos días, las raíces y las nuevas hojas aparecerán. No solo se puede comer directamente de este recipiente, sino que una vez que haya crecido lo suficiente puede ser trasplantada y colocada en tierra
Los espárragos también pueden ser regenerados:
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Una de las delicias que podemos saborear sin tanto gasto son los espárragos, algo muy codiciado y un poco más costoso que otros vegetales, debido especialmente a que es una planta de clima templado y aunque vive por mucho tiempo no es fácil de obtener.
Además no es de cosecha rápida ya que se demora en madurar, pero una vez establecido, puede convertirse en la estrella de nuestra cocina.
Para acelerar el proceso de la primera cosecha se pueden directamente plantar tallos maduros para lo cual se deberán hacer surcos en la tierra de unos 10 cm de profundidad y en forma de “V”. Las plantas deben tener una separación de dos metros una de otra.
El ajo
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Los ajos normalmente se siembran a mediados de otoño y son uno de los cultivos que, bien cuidados, pueden durar mucho tiempo en nuestros huertos.
Si en nuestra casa hay un diente de ajo que haya empezado a dar sus brotes puede ser ideal para iniciar su cultivo, sino se puede hacer también con los dientes más grandes de una cabeza comprada en el mercado. Deben colocarse a 5 cm bajo tierra y con una separación de 20 cm entre sí y atención con esto: deben ser plantados con la punta hacia arriba.
Necesitan agua por lo que si el otoño o invierno son seos, deben ser regados al menos cada 15 días.
Los saludables tomates:
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Todo lo vamos a necesitar en este caso va a ser las semillas de algunos tomates que hayamos comprado y tengamos en casa, una botella o bidón de plástico, piedras, tierra, papel de diario y una bolsa de basura.
En primer lugar debemos retirar una buena cantidad de semillas y reservalas colocándolas en un recipiente para poder usarlas cuando llegue el momento.
El segundo paso es cortar a lo largo un costado de la botella de plástico para que quede un agujero. Luego hacer un par de orificios para que el agua drene y coloca algunas piedras en el fondo.
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El tercer momento de este proceso consiste en colocar tierra dentro de este recipiente que hemos construido, luego poner las semillas, bien esparcidas para que tengan espacio y finalmente volver a cubrir con un poco más de tierra.
A continuación debemos tomar las hojas de diario, mojarlas, estrujarlas para quitarles el exceso de agua cuidando que sigan húmedas y luego colocarlas por encima de la tierra.
Luego de ello, se debe envolver la botella con la bolsa de basura negra tomando las debidas precauciones para que quede bien cerrado ya que esta bolsa debe mantener la humedad y hacer las veces de pequeño invernadero.
Es preciso ahora dejar descansar todo el conjunto por unos 4 o 5 días y finalmente, una vez que los brotes hallan crecido lo suficiente, pueden ser pasados a la huerta o a las macetas.
Deben recibir mucho sol y no tanta agua, para evitar que se pudran.
La deliciosa albahaca
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Podemos tener siempre a disposición una buena cantidad de albahaca para cuando preparemos pizzas o para completar una buena ensalada capresse con los tomates que hemos aprendido a plantar recién.
Al revés de lo que ocurre con el ajo, a esta planta le hacen bien las temperaturas cálidas. Por eso es que hay que sembrarla después que hayan pasado las temperaturas frías.
Es procedimiento es muy sencillo y da muy buenos resultados. Se deben colocar varias hojas de albahaca de 3-4 cm en un vaso de agua y ponerlo a la luz del sol. Cuando las raíces alcancen un par de centímetros, deben ser llevadas a una maceta y en poco tiempo tendremos nuestra propia provisión de albahaca.
El perejil, siempre presente:
Al igual que la albahaca, el perejil puede echar raíces si sus delgados tallitos son colocados en un recipiente con agua. Y el procedimiento es el mismo: una vez que las raíces estén suficientemente largas pueden ser llevadas a una maceta.
Apenas serán necesarias un par de semanas para que comiencen a aparecer los brotes y a más tardar, en un par de meses ya habrá aparecido la planta entera.
El jengibre
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En cualquier época del años el jengibre puede ayudarnos con la prevención de la gripe, dolor de garganta, tos y catarro.Se puede comer fresco, recién cosechado o en forma de especias y condimentos, después de ser secada y reducida a polvo.
Para plantar jengibre solo es necesario un trozo de rizoma de jengibre, una maceta de unos 40 cm de profundidad y lo más ancha posible. El procedimiento consiste en rellenar la maceta con 1 parte de abono o de humus de lombriz y 3 partes de tierra. La tierra debe estar esponjosa y bien aireada para que pueda drenar bien el agua.
Esta planta necesita cierto grado de humedad constante en la tierra. Es importante para la reproducción de este cultivo que no le dé el sol directo, así los nuevos brotes pueden crecer sin problemas. Tampoco es bueno que quede expuesto a bajas temperaturas, por eso, en las primeras etapas de su crecimiento es conveniente tenerlo en un lugar aireado, donde no reciba mucha luz solar y que la temperatura no exceda los 20° ni sea menos a 10°.
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