Algunos lo escriben kinotos y otros quinotos. A simple vista parecen naranjas en miniatura y son de forma ovalada y con gusto cítrico. El chef argentino Lucas Boldrini, residente en España, hoy nos enseña a preparar con ellos un rico dulce o mermelada, más conocido como Kinotos en almíbar.
Kinotos, quinotos, kumquat o naranjitas chinas. Son algunos de los nombres por los que se conoce a este cítrico.
Hay muchas formas de consumirlos, desde frescos a macerados en bebidas espirituosas.
La receta que hoy propone nuestro chef, le trae a él muchos recuerdos de su infancia. Especialmente: “la amplia cocina de la casa del campo con mi abuela o mi madre como protagonistas absolutas en la elaboración de esta exquisitez”.
Colocamos en una olla lo suficientemente amplia y les damos un primer hervor de 3 o 4 minutos o hasta que floten todos como si de pasta rellena se tratase. Escurrimos.
Con la ayuda de un tenedor pequeño (de copetín) o un escarbadientes realizamos varios pinchazos en cada quinoto. Es el momento de pesarlos. Por cada kg de fruta usaremos 1,200 kg de azúcar.
Colocamos el azúcar en una olla bien amplia y la cubrimos con agua. Llevamos a fuego suave para hacer el almíbar. Una vez hecho el almíbar apagamos y dejamos enfriar.
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Metemos la fruta y llevamos a punto de hervor y apagamos el fuego. Dejamos enfriar. Con una espumadera retiramos la fruta y la ponemos en un colador con un peso encima (puede ser un plato o algo pesado).
El líquido que suelte la fruta lo añadimos al almíbar. Llevamos nuevamente el almíbar al fuego y cuando rompa el hervor añadimos la fruta. La diferencia térmica hará que éstos se llenen de almíbar.
Cuando vuelva a hervir, tapamos y apagamos el fuego. Una vez que se haya enfriado por completo le daremos un último hervor de 4 o 5 minutos más antes de apagar el fuego y dejar enfriar completamente.
Envasamos en frascos previamente esterilizados. Tapamos. Para hacer el cierre de vacío sumergimos los tarros de cristal en una olla con agua y hacemos hervir por no menos de 20 minutos. Dejamos enfriar los tarros en el agua.
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Retiramos, secamos y etiquetamos. La etiqueta siempre debe tener como mínimo dos datos: producto y fecha de elaboración.
Y Lucas nos cuenta que una de las formas que más lo consumen en su casa es acompañando un buen trozo de queso. El tipo Mar del Plata es ideal para esto.
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