El cambio climático es una realidad. Miles de naciones se han unido para detener los efectos que la producción y el consumo tienen el Medio Ambiente. Sin embargo, si realmente queremos detener el calentamiento global, tenemos que aportar nuestro granito de arena.
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Hay muchas cosas sencillas que podemos hacer por reducir nuestro impacto ambiental y contribuir así a dejar un mundo mejor para nuestros hijos. Te contamos cuáles son.
La huella de carbono es una forma fácil de medir el impacto que una persona genera- de forma directa o indirecta— en el planeta en su vida cotidiana.
Comprar productos locales evita los grandes traslados de mercadería y disminuye tu huella de carbono. Además, genera un comercio justo y mantiene activa la agricultura en nuestro lugar de origen.
Las bolsas de plástico tardan alrededor de 150 años en degradarse. Reducir los desechos plásticos es una de las mejores cosas que podemos hacer por el medioambiente: cuando vayas al supermercado, usa una mochila o bolsas de tela (además de ser reutilizables, son más resistentes).
Un auto en buen estado genera menos emisiones de gases de efecto invernadero. Otro punto interesante es usar el auto solo cuando sea estrictamente necesario y conducir sin forzar el motor para que contamine menos.
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No es necesario volverse vegano pero sí consumir carne de manera consciente. Las vacas liberan más gas metano que todo el transporte del mundo, especialmente cuando son alimentadas en feed-lot. Es por eso que otra forma de cuidar el ambiente es comer carne que haya sido alimentada por hierbas de pastoreo.
Los tres principios ambientalistas son: reducir, reutilizar, reciclar. No te pedimos que pases todo el día pensando esto pero antes de comprar algo que solo vas a usar por pocos minutos, piensa en el planeta y cuánto tiempo necesita ese producto para degradarse. Antes de tirar algo también puedes pensar si puedes usarlo para algo más.
Reemplaza el auto o el transporte público por la bicicleta. Esto además de reducir tu huella de carbono potencia tu salud mental.
Reemplaza las luces de tu casa por lámparas de bajo consumo. La iluminación es igual, pero tiene un impacto positivo en el medioambiente e incluso puede ayudarte a ahorrar en la factura de luz.
Las plantas locales no necesitan mayor uso de agua ni transporte. Además, sus beneficios son mayores al absorber el CO2 del aire.
El cargador no tiene por qué estar enchufado si nadie lo está usando. Lo mismo el microondas, la tostadora y la wafflera. Los electrodomésticos transforman la corriente aunque no estén funcionando. Evita estos vampiros de energía.
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En lugar de comprar una botella de plástico cada vez que quieres agua, carga algún termo o botella de vidrio y reutilízala cada vez que tengas ganas. Además, te va a permitir ahorrar mucha plata.
El hielo, el exceso de envolturas y los objetos inútiles genera una necesidad extra de energía para potenciar la utilidad del aparato. Esto genera un gasto eléctrico mayor. Otra vez cuidar el planeta también te puede ayudar a pagar menos luz.
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