La rapidez y masividad con que afecta al mundo entero el contagio del coronavirus está haciendo colapsar los sistemas de salud que ya no dan a basto con su personal e insumos para cumplir la demanda de atención médica requerida.
En España, los médicos, enfermeros y profesionales de la salud declaran que el abastecimiento de elementos protectores como mascarillas y barbijos no es suficiente en la mayoría de los Centros Sanitarios. Frente a esta preocupante situación, muchas costureras españolas han decidido unirse con un mismo objetivo: fabricar barbijos desde sus casas para entregar gratuitamente en clínicas y hospitales de todo el país.
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Cuando un enemigo invisible acecha contra nosotros y nuestros seres queridos, llega la hora de unir fuerzas y colaborar entre todos para que esta pandemia resulte lo menos dolorosa posible. La idea de las costureras españolas es coser más de 2.000 mascarillas por día para ayudar a los sanitarios en su labor y facilitarles la posibilidad de que se protejan del virus. Para organizarse, personas anónimas a lo largo de todo el territorio utilizan el hashtag #ConsturerasSolidarias para fabricar los barbijos y donarlos.
Aunque la situación es complicada y se necesitan muchas manos para realizar esta tarea, las costureras destacan un aspecto positivo: es muy fácil confeccionar mascarillas. Gracias a esto, mucha gente es capaz de trabajar desde sus casas y con materiales relativamente fáciles de conseguir.
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Para lograr el éxito de esta gran movida solidaria se necesita la colaboración de mucha gente. Todo esto comenzó cuando surgieron las primeras denuncias por falta de insumos y un grupo de 40 vecinas y vecinos decidieron organizarse a través de un grupo de Whatsapp distribuyendo las tareas que cada uno debía realizar. Mientras unos cortaban la tela, otros se encargaban de la goma que recubre los bordes y el resto dedicaba su tiempo a coser y dar las terminaciones. Finalmente, un equipo de personas autorizadas se encarga de repartir la materia prima por las viviendas y recoger las mascarillas una vez que están finalizadas.
Además de los particulares involucrados, al proyecto solidario también se sumó El Instituto Superior de Formación Profesional Claudio Galeno que puso su propio centro privado de formación profesional sanitaria al servicio de esta importante iniciativa solidaria. Lo que hicieron fue abrir una convocatoria a todas las personas con conocimientos de costura y que tengan una máquina de coser en sus casas para que se unan a la red de confección.
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La respuesta fue inmediata: se inscribieron más de 2.000 voluntarios. La decisión de la entidad fue darle mucha importancia a garantizar la calidad del insumo fabricado y por eso la idea es que se cosan 2.000 mascarillas diarias. Estos barbijos son entregados en las zonas de Murcia, Madrid, Valencia y Sevilla.
Además, importantes fábricas de calzado han decidido ayudar aportando materiales y equipamiento a disposición de la causa. Una de las primeras en hacerlo fue Inescop que puso una máquina de corte automático de pieles al servicio de las costureras solidarias. Lo que hacen ellos es cortar la tela que luego usarán las modistas para terminar de elaborar el barbijo. Por su parte, la textil Inditex también ha puesto su cadena de producción en marcha para elaborar insumos médicos necesarios.
Otra tradicional empresa llamada Maestros de la costura se ha unido y cuenta actualmente con una red de 200 costureras y costureros que producen entre 100 y 200 mascarillas al día.
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A través de las redes sociales, las iniciativas de confección de barbijos se extendió a lo largo de todo el país. Además, esta vía de comunicación sirve para dar información a los fabricantes sobre todas las especificaciones oficiales para garantizar la correcta confección de las mascarillas. La idea es que las mismas puedan ser reutilizadas después de lavarlas en el lavarropas con jabón y agua bien caliente.
El problema que se plantea ahora en varias ciudades es la falta de materia prima. En consecuencia, se están haciendo pedidos de donaciones a otras firmas o personas que dispongan de telas 100% algodón o TNT.
De esta manera, muchos diseñadores, hospitales, personas particulares y empresas que no tienen habilidades en costura o tiempo para brindar a la causa, están colaborando con la donación de materiales necesarios para la fabricación de los tan solicitados barbijos.
Ante la desesperación, una joven voluntaria de la ciudad de Zaragoza ha encontrado una alternativa: elaborar mascarillas con sábanas de los centros médicos. Ella recibe las telas del Hospital Clínico de la localidad y suele fabricar entre 20 y 30 barbijos por día.
La idea es que todos unamos nuestras capacidades y esfuerzos para colaborar con los profesionales en sus difíciles tareas.
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