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Curiosidades teatrales: no se debe desear suerte, solo “Merde”

Se acostumbra, para evitar ese término, desear “mucha mierda”, o, es más fino decirlo en francés: “Merde”.

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El teatro es una de las representaciones artísticas más antiguas, por lo tanto ha pasado por diversas eventualidades que lo han formado y pulido hasta lo que es hoy.

Es costumbre bien avanzada en el ambiente teatral, no escuchar la palabra “suerte” al acercarse la fecha de estreno. Los artistas “creen” que los resultados de escuchar esa palabra pueden ser terribles.

Se acostumbra, para evitar ese término, desear “mucha mierda”, o, es más fino decirlo en francés: “Merde”.

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Esto se debe a que la “Merde” en el teatro se asocia a la buena concurrencia en las noches de estreno. Antes de que se inventaran los autos, los carruajes eran el medio habitual para llegar al teatro. Cuantos más carruajes hubiera, mayor era la cantidad de caballos presentes y mayor entonces, la acumulación de excrementos.

Por lo tanto, una noche de mucha mierda, era necesariamente una noche de gran concurrencia de público

En inglés se utiliza una frase para desear suerte antes que un actor o actriz se suba al escenario: “Break a leg” (pártete una pierna), que aunque parece un poco de mal agüero, tiene una connotación opuesta.

En los teatros británicos de la antigüedad el público acostumbraba a tirar monedas al terminar una obra, de modo que si el actor hacía un buen trabajo, tendría que agacharse varias veces para recogerlas.

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Otros motivos de este curioso saludo

Otra superstición, el color amarillo. Es la de no portar vestuarios amarillos en escena para no correr la misma suerte de Moliére, quien murió de tuberculosis en 1673, interpretando su obra “El enfermo imaginario” vestido de ese color.

Nunca se le debe regalar a una actriz claveles. Según la superstición que surge a partir del siglo XIX, cuando los teatros contrataban a los actores por temporadas, si el director quería decirle a una actriz que su contrato fue renovado, le enviaba rosas; en cambio, si quería despedirla, le enviaba claveles.

Macbeth es considerada una obra “maldita”. Esto se debe que en su primer intento de puesta en escena fue el mismo autor, William Shakespeare quien tuvo que hacer el papel principal femenino (en esa época a las mujeres no se le permitía actuar) porque el joven que iba a interpretar ese rol murió súbitamente momentos antes de subir a escena. Es por esto que sólo nombrarla causa pavor entre los actores y directores de teatro, pues está asociada a muertes y tragedias.

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