Teatro Coliseo de Buenos Aires, Junio de 1969: sobre el escenario, Almendra, una de las agrupaciones míticas de los comienzos del rock argentino.
Luis Alberto Spinetta, de 19 años, regaló en ese lugar la canción Muchacha ojos de papel, convertido en un himno de una época en la que las “libertades querían ser libres”.
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¿Existía aquella muchacha ojos de papel tan amada?
Cristina Bustamante fue el primer gran amor correspondido del Flaco Spinetta. Cristina existía, existe y fue su gran inspiración.
Cristina y El Flaco, se conocieron a los 17 años en el Instituto San Román de Belgrano, en Buenos Aires, donde el músico argentino cursó la secundaria. Además, ella era la hija del encargado del edificio en el que vivía Emilio del Guercio, bajista de Almendra.
“Escuchábamos a los Beatles, cuenta Cristina en una entrevista con el periodista Sergio Dattilo, y dibujábamos; los tres dibujábamos bien: Luis, Emilio y yo. Y como yo sabía inglés y Luis no tanto, le traducía los temas de los Beatles. Para él era una especie de heroína del inglés”.
Cuando le preguntan qué pensaba su padre de esta relación, ella cuenta que: “Con su ética de clase trabajadora, de encargado de edificio, no estaba para nada contento de que su nena saliera con un pibe de pelo largo. Pero después lo amó”.
Muchacha ojos de papel, no era solo un “no te levantes de la cama”, era un “no te vayas nunca”. La musa del “Flaco”, no solo fue fuente de inspiración, también ayudó y corrigió la canción, según cuenta: “En realidad yo hice un solo cambio; en el original Luis había puesto ‘senos de miel’, y yo le dije que eso parecía un catálogo de corpiños… Estuvimos de acuerdo en que ‘pechos’ quedaba mejor.”, señala la ahora abuela de 2 pequeños.
La historia de amor se terminó en 1971. Años más tarde ella se fue a Venezuela, luego a Boston, para finalmente quedarse en Los Ángeles y dedicarse a ser profesora de español.
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Nunca perdieron contacto, y cuando podía ella lo visitaba. En una charla telefónica, Luis le contó de la fatal enfermedad que lo aquejaba, agregando con esa sinceridad que solo los mejores amigos saben entender: “Me preparé toda la vida para este momento”.
Aquella, fue la última vez que Luis Alberto Spinetta habló con su Muchacha ojos de papel.
Y la maravillosa poesía del querido Flaco resistió y resistirá el paso del tiempo, para que sigas eligiendo tu versión favorita.
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