Un proyecto de ley contra los separatismos religiosos, busca en Francia acabar con la práctica de algunos médicos de emitir un documento asegurando que una mujer es virgen antes del matrimonio. “Serán prohibidos e iniciaremos un proceso penal” contra la persona que emita el certificado, ya sea un médico o un familiar.
El proyecto de ley contra los separatismos religiosos que prepara el gobierno francés, aborda entre otros temas el otorgamiento de los “certificados de virginidad”, emitidos por un profesional de la salud y destinados a probar que una mujer es virgen.
Si bien este certificado a veces es solicitado por algunas comunidades antes de un matrimonio religioso, también se puede realizar para probar una violación.
Es sabido que el himen puede romperse naturalmente o por la práctica de un deporte. Sin embargo, el médico o la comadrona, examinan a la joven para ver si el himen sigue intacto y con ese dato, emiten o no el certificado
Esta petición puede venir de la joven, bajo coacción de su futuro marido, o de la familia de la futura esposa. En general esto sucede en las comunidades católicas, musulmanas o judías muy religiosas.
Por su parte, varios médicos se pronunciaron al respecto señalando que sería mejor penalizar a las familias, porque el tema es más complejo de lo que parece para los profesionales de la salud.
Para muchos médicos emitir este certificado es también proteger a la mujer de eventuales represalias de la familia
Algunos temen que no sea suficiente con sancionar a los médicos que realizan los controles y emiten los certificados.
Según la ginecóloga Amina Yamgnane, el proyecto de ley es “simbólicamente interesante” y protegerá a los profesionales, que podrán decir “la ley me lo prohíbe”, pero no será suficiente para que desaparezca esta práctica: “El riesgo es que, en vez de ir al médico, estas familias vayan a ver a un vecino que se hará de ‘Padre la Virtud’”, lamenta.
La ginecóloga Ghada Hatem recibe a unas dos personas al mes por este tema y admite que extiende el certificado cuando siente que su paciente está en peligro.
“Sí, a veces proporciono un certificado a una joven que ni siquiera examino. Si necesita un papel que diga que es virgen para salvar su vida, para dejar de ser molestada, lo hago. Le explico que lo siento, que desearía que no tuviera que pasar por esto”
Hatem estima que, sobre todo, hay que “escuchar a las mujeres, animarlas a hablar, educarlas, y por momentos tratar de protegerlas”. Muchos profesionales de la salud también opinan que medidas educativas son indispensables, para que estas familias entiendan que no se trata de estigmatizarlas.
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