No hay novedad en decir que los rostros no son todos iguales, pero sí podemos sorprendernos al saber que hay un maquillaje ideal para cada cara. Si atendemos las particularidades de cada persona, con pequeños trucos podemos maximizar notablemente los beneficios de los cosméticos que abundan en la casa de cualquier mujer. Es lo que se propone el “countoring” y te vamos a contar de qué se trata.
Lo dicen los especialistas: si tenés en cuenta la forma de tu rostro, el make up puede hacer que te veas muy favorecida. La clave está en que, precisamente, el maquillaje sirve para subrayar algunos rasgos faciales y disimular otros, ayudando a afinar una cara muy redonda, o a resaltar pómulos, suavizar la mirada o tapar ojeras, o cualquiera otra estrategia que tengamos en mente para ponernos lindas.
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Justamente en esa línea la nueva tendencia es hablar de “contouring”, una línea que propone entender al maquillaje como un gran aliado para realzar la belleza natural.
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Eso sí: hay que tener en cuenta que para que todo quede perfecto y el maquillaje no descuide la piel, es necesario usar cosméticos de buena calidad y seguir en detalle los consejos de los expertos.
Es el nombre que se le dio a la técnica de maquillaje que es furor en todo el mundo. Es más: es hoy la última tendencia en make up de las celebrities. Hay una historia detrás… Las primeras personas en utilizarla fueron los estrellas de cine, televisión y la farándula en general.
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Básicamente, el “contouring” es la combinación de sombras claras y oscuras para estilizar las facciones; tiene que ver con el efecto de luz y sombra que se logra al aplicar correctores claros en las áreas que se quiere resaltar, y correctores oscuros en aquellas zonas que se desean disimular, definir o perfeccionar. Todo debe ser aplicado sutilmente para dar un efecto súper natural.
La modalidad básica de esta técnica es aplicar hasta que los dos tonos se solapen dando ese efecto de piel natural; para ello, debe repetirse constantemente hasta lograr el tono y la fusión deseada entre ambos correctores.
Para que puedas conocer esta práctica y convertirte en toda una experta hay que seguir algunos pasos:
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El “contouring” tiene truquitos para saber cuáles son las zonas que debés maquillar para resaltar tus virtudes y disimular tus imperfecciones, y así podrás verte más hermosa y lucir siempre espectacular.
Pertenecés a este grupo si el ancho y largo de tu cara son similares y no tenés esquinas pronunciadas. Una vez aplicada la base, añadir el tono oscuro a los lados del rostro debajo de los pómulos. Si tenés un poco de papada, debés extender la base oscura hasta debajo de la mandíbula. También hay que iluminar la zona que conforman la frente, los pómulos y el mentón en forma de triángulo y luego añadir el rubor encima de los pómulos.
Pertenecés a este grupo porque tenés una mandíbula muy angular y marcada, y una frente bastante amplia. Conviene aplicar la base del mismo color que la piel y lo que hay que hacer es oscurecer la zona de las mandíbulas. Después, aplicar el mismo tono oscuro sobre la sien, añadir rubor encima de los pómulos e iluminar encima de ellos. En cuanto a los ojos hay que maquillarlos suavemente y utilizar brillo labial transparente en la boca.
Pertenecés a este grupo si tu rostro es aproximadamente 1/3 más largo que ancho y no existen esquinas demasiado marcadas, ni en barbilla y línea de pelo, ni en los pómulos. Lo primero que hay que hacer es aplicar la base del mismo tono que la piel, después aplicar el tono oscuro en la zona del mentón, debajo de la nariz y en la frente para lograr acortar el rostro.
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Por último, hay que aplicar el rubor de forma recta sobre los pómulos.
Pertenecés a este grupo si tenés una frente y mandíbula ancha y una barbilla puntiaguda. Luego de la base del mismo tono de la piel, se debe oscurecer los lados del rostro y aplicar iluminador en las sienes y maxilares. También es bueno utilizar sombras en tonos neutros y optar por un labial de color intenso para destacar la boca.
Pertenecés a este grupo si la línea de tu cabello es angosta y, a partir de la parte más baja de tus orejas, se forma una diagonal hacia tu barbilla, simulando un triángulo invertido. Debés afinar un poco los pómulos y concentrar el color debajo de las mejillas, en líneas delgadas. También hay que restarle severidad a la barbilla aplicando maquillaje a esa zona.
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Pertenecés a este grupo si el largo de tu cara es mayor que el ancho, y tu barbilla y frente no terminan en punta. Se caracteriza este rostro por una quijada recta y marcada. Lo que hay que hacer es concentrar el color en las orillas, cuidando que las líneas no sean completamente rectas.
Pertenecés a este grupo si la longitud de tus mejillas es mayor a la de tu línea de cabello y la parte baja de tu rostro termina en una punta hacia tu barbilla. Se diferencia del rostro diamante porque los pómulos son más redondos.
Hay que concentrar el color en las partes más anchas del rostro, que es la parte baja de las mejillas. Y terminá con un poco en las esquinas superiores de la frente para balancear con la parte de abajo. Pero tené en cuenta que nunca debés aplicar color debajo de la barbilla.
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