Las redes sociales nos permiten crear un ambiente controlado en el cual somos libres de mostrar exactamente lo que queremos. Esto quiere decir que podemos dar una imagen que no coincida con la realidad.
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Eso tiene sentido si consideramos que la mayoría de las veces no queremos compartir con todo el mundo nuestro problemas más íntimos. Sin embargo, a veces ocultamos tanto que distorsionamos la realidad para obtener likes.
Los likes se han convertido en una medida de aprobación. Muchas veces compartimos fotos o contenido solo para validar nuestra imagen a través de las redes. Este sentimiento genera adicción por lo que incluso subimos cosas cuando estamos mal para sentirnos mejor o para sentirnos mejor con la situación que estamos viviendo.
Sin embargo, la realidad no puede resumirse en una foto y quizá estar pendientes de lo que mostramos hace que nos perdamos de los mejores momentos.
Las mejores cosas de la vida no se pueden captar en una foto. Lo que sentimos al recibir un abrazo, como late nuestro corazón al estar con alguien, el sabor de una rica comida o la adrenalina de subir a una montaña rusa, no se ven en una foto y no hay like que reemplace ese sentimiento
Este planteo no está en contra de compartir lo que nos pasa, sino de perdernos las cosas por estar más pendientes de la aprobación de los demás.
No debemos convertirnos en una fachada que alimenta una vida virtual falsa con una vida real vacía
Lo que proyectamos debe ser congruente con nuestra realidad. No porque tengamos alguna responsabilidad ética sino porque a nivel psicológico es dañino no ser consecuentes con nuestra forma de vida. Lo que importa es no intentar sentirnos bien a través de las redes sociales ya que se genera un circulo vicioso del cual es muy difícil salir.
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Así como nosotros no mostramos las situaciones en las que lloramos solos comiendo helado en la cama porque no nos gusta nuestra vida, los demás tampoco. Las redes sociales generan una sensación de falsa felicidad en todos los que nos rodean y eso puede hacernos sentir peor con nosotros mismos.
Por lo que no debemos sentirnos mal con nosotros mismos si un día estamos de malhumor, o perdimos el colectivo o no tenemos una cita para el viernes. Es la vida, es normal y lo que importa es encontrar la belleza dentro de la cotidianeidad.
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