El satélite Saocom es la nueva estrella espacial argentina y se lanzó desde la Base Vandenberg, en Santa Bárbara, California, Estados Unidos. El satélite permitirá, entre otros usos, anticipar las sequías e inundaciones a través de visiones casi en tiempo real y fotografías.
El Satélite Argentino de Observación con Microondas SAOCOM 1A fue desarrollado y fabricado por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) junto con empresas y organismos como INVAP, VENG y la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), con participación de numerosas empresas de tecnología e instituciones del sistema científico-tecnológico del país y en colaboración con la Agencia Espacial Italiana (ASI).
Leé también: Consecuencias del cambio climático: calor, incendios y agobio
Los satélites SAOCOM serán dos en total, ya que además del 1A, el 1B está en construcción y será lanzado el año que viene. Fueron diseñados para aportar datos que generen un incremento en la productividad y en la competitividad, así como también generar mapas de humedad de los suelos. Su objetivo es emitir imágenes del agro para poder gestionar y prever situaciones de emergencia hídricas y vigilar el mar argentino.
Además de los SAOCOM, Argentina en convenio con Italia cuenta con otros 4 satélites en órbita que están ubicados todos a la misma altura, de manera que funcionen todos juntos como una herramienta para observar la tierra y de esa manera monitorear, con un desfasaje de 12 horas que es cuando se hace cada actualización, cualquier tipo de catástrofe. Lo novedoso es que van a proveer información durante todo el día, incluída la noche y sin importar las condiciones meteorológicas.
Puede interesarte: Cambio climático: diez formas sencillas de reducir tu impacto ambiental
También el satélte presentará beneficios para el área de salud, dado a su comprobado impacto socio-económico al informar sobre las condiciones de humedad del suelo.
Dos de las tres aplicaciones más importantes están dirigidas a agricultura (proyecto conjunto con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria-INTA) y el tercero a hidrología (proyecto conjunto con el Instituto Nacional del Agua-INA), y tienen los siguientes objetivos:
Leé más: 11 consejos científicos para aprender cualquier cosa más rápido
También será posible identificar zonas en riesgo de inundación y dar aviso tempranamente, detectar suelos extremadamente secos que puedan ser afectados por incendios, producir mapas de riesgo de enfermedades de cultivos y evaluar escenarios para la toma de decisiones de siembra y fertilización, obtener mapas de desplazamiento de glaciares, así como otros mapas de desplazamiento del terreno y mapas de pendientes y alturas; prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales como terremotos, avalanchas o erupciones volcánicas o antrópicas, son algunos de los múltiples usos.
Si te interesó la nota, seguí leyendo:
Utilizamos cookies de terceros para mostrar publicidad relacionada con tus preferencias. Si continúas navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Puede obtener más información en:
Politica de Privacidad