Los nombres heredados fueron la marca de famosas dinastías a lo largo de la historia. Hoy en día, la costumbre responde más a homenajear a algún ser querido que a ungir a alguien como miembro de un clan o ubicarlo en una línea de sucesión.
Nombres heredados y numerología
La numerología, junto con la gematría, permite descifrar qué esconden los nombres propios que las personas portan. La gematría es una disciplina que, mediante la asignación de un valor numérico, estudia e interpreta los nombres, las palabras y las frases de cada carácter del alfabeto hebreo. Es así que cada letra es una entidad simbólica en sí misma y su combinación es un vehículo con el que se alcanza la sabiduría.
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Cada una de las letras cuenta con una energía que se expresa en frecuencias de onda, que toman diferentes expresiones electromagnéticas. Para la numeróloga, esa intención vibracional que guarda cada palabra tendrá un impacto concreto en lo que hoy la ciencia determina y llama como campo cuántico.
Las vibraciones que emanan las letras determinan un patrón de manifestación. En el nombre y el apellido se van a cargar con patrones que son heredados y no propios. En otras palabras, la elección de cómo se llamará una persona queda en manos de sus progenitores.
Es aconsejable medir el valor numérico de ese nombre heredado, comprender cómo interactúa con todo el nombre y trabajarlo para trascender y limpiar aquellas cosas poco genuinas.
Impulso del alma en un nombre
Muchas veces es conveniente retirar alguna vibración numérica que no resuena con lo que el natalicio propio necesita. Esto se suele hacer por medio del documento nacional de identidad o avisando a las personas del entorno que dejen de utilizar determinado nombre.
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La vibración que se manifiesta, armónicamente o no, a través de un nombre se origina en el impulso del alma, que viene dado por las vocales. Se trata de una vibración que habla de la fuerza interna, las inclinaciones y las motivaciones ocultas. Un número que representa lo que se debe trascender dentro del núcleo familiar.
El impulso del alma también representa el motivo por el cual elegir encarnar dentro de una familia. El número detrás del impulso del alma de un nombre debe actuar en los actos de la vida presente, ya que posee un desarrollo trunco de vidas anteriores. Si este impulso permanece reprimido por circunstancias externas, será una frecuencia que se usará en la próxima encarnación.
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En cambio, la suma de las consonantes del nombre completo revelará la proyección externa de la personalidad, una estructura que se irá forjando de lo que se hereda y se aprenda en la familia. Esta proyección será la impresión que se produce en los demás social o profesionalmente. Lo que se manifieste a través de las acciones. Esta frecuencia, por lo general, no suele ser congruente con el número del alma.
Es aconsejable no cargar a los hijos futuros con energías de los ancestros propios, ya que cada alma debe hacer su recorrido sin preconceptos energéticos anteriores.
Calcular el número de un nombre
Existe una tabla alfanumérica que permite conocer la vibración que cada letra tiene, sea consonante o vocal. Dicha tabla determina que: A, J, S vibran en 1; B, K, T vibran en 2; C, L, U vibran en 3; D, M, V vibran en 4; E, N, Ñ, W vibran en 5; F, O, X vibran en 6; G, P, Y vibran en 7; H, Q, Z vibran en 8; y, finalmente, I y R vibran en 9.
En el caso de querer calcular la vibración del nombre completo “María Eugenia López”, se debe dicho nombre, letra por letra. Iniciando con las vocales para descubrir el número del alma:
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M A(1) R I(9) A(1) L U(3) I(9) S A(1) P E(5) R E(5) Z. El número del alma será la suma de las vocales: 1+ 9+ 1+ 3+ 9+ 1 + 5 +5 = 34. El resultado se lo reduce a una sola cifra: 3 + 4= 7.
Ahora, se debe calcular el número de proyección de personalidad sumando cada consonante:
M(4) A R(9) IA L(3) U I S(5) A P(7) E R(9) E Z(8). El número de la personalidad será la suma de las consonantes: 4 + 9 +3 +5 + 7+ 9+ 8 = 45. El resultado se lo reduce a una sola cifra: 4 + 5= 9.
Si el número del nombre es 1
La vibración en 1 representa la acción, alguien positivo, original, y creativo que avanza a solas buscando las experiencias que le darán su identidad y desarrollan sus capacidades.
Para la numeróloga, esta vibración es la búsqueda del verdadero “yo soy”. Líder por naturaleza, dominante, ambicioso, también es el número del ego. A veces puede tornarse egoísta y testarudo.
Si el número del nombre es 2
Las personas regidas por la vibración del número 2 suelen ser mediadores, diplomáticos, adaptables, cariñosos y receptivos. Su energía es de cooperación, solidaridad y asociaciones. Debe trabajar la dualidad y las ambivalencias típicas de este número tan polar. Le cuesta la soledad y debe aprender a diferenciar aspectos de terceros con los propios.
Si el número del nombre es 3
Llenas de alegría y entusiasmo, las personas bajo esta frecuencia constantemente buscan comunicarse y expresarse. Su costado artístico e histriónico siempre les llevará a generar proyectos.
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Sin embargo, esta frecuencia puede ponerse sumamente desordenada por ser demasiado abarcativo y provocar fugas energéticas importantes. La recomendación es que siempre se deben establecer y mantener prioridades que ayuden contra la dispersión.
Si el número del nombre es 4
Estas personas se rigen por tres valores: orden, firmeza y estabilidad. Donde se encuentre este número, la consigna es crear cosas terrenales donde predomine la forma y la sustancia. La disciplina los acompaña, pudiendo construir lo que se propongan.
Sin embargo, la propuesta para esta vibración será que se animen al cambio y a las reestructuraciones. Será mejor trabajar la tozudez y la rigidez.
Si el número del nombre es 5
La búsqueda de las personas con esta frecuencia se centra en la libertad y el movimiento. Representa el libre albedrío del ser humano, por lo cual, hay mucha versatilidad y cambios permanentes. Está relacionado con la sexualidad y el erotismo, ya que es una frecuencia muy física.
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Su curiosidad puede llevarles a lugares innovadores, pero será crucial que no se dejen llevar por los excesos. Deben aprender a comprometerse con un objetivo, aunque involucre momentos de tedio o monotonía.
Si el número del nombre es 6
En el número 6 predomina el amor y la compasión. No teme comprometerse con sus seres queridos, abraza responsabilidades sociales y familiares. De hecho, le atrae lo doméstico, el matrimonio y el hogar.
Buscará siempre el equilibrio y el consenso, pudiéndose postergar a sí mismo más de una vez. Aquí el reto será saber poner límites y buscar por sobre todas las cosas la retroalimentación en sus diferentes roles.
Si el número del nombre es 7
Es naturalmente profundo y comprometido con el saber; su curiosidad por lo místico lo llevará siempre por caminos muy elevados. La mente es su aliada, ya que su capacidad de análisis e intuición es el carro que lo empuja.
Así como recurren a la meditación, la contemplación y la reflexión, la frecuencia 7 puede ponerse un poco soberbia y egocéntrica. Por eso, indica que el aprendizaje de estas personas será aprender a integrarse con su entorno.
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Si el número del nombre es 8
La ley y la justicia son ejes fundamentales para la frecuencia 8, algo que les impulsará a ocupar puestos de liderazgo y poder. Su tenacidad y su esfuerzo permitirán que coseche grandes logros.
Sin embargo, su aprendizaje se enfocará en que logren flexibilizarse. Suelen sentirse dueños de la verdad poniéndose muy autoritarios. Se vuelven rígidos e inflexibles con los demás y, sobre todo, con ellos mismos.
Si el número del nombre es 9
En esta frecuencia, se destaca la abnegación y la compasión. El amor lo abarca todo, ejecutando un servicio permanente.
Pero, más allá de su altruismo y su necesidad permanente de dar cierre a su recorrido existencial, el 9 puede pecar de volverse confuso e incoherente. Se aconseja no escapar hacia las ensoñaciones o las idealizaciones. Será más beneficioso aprender a abrazar las críticas para poder crecer.
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