Nos adentramos cada vez más en el mes de diciembre y empezamos a sentir la presión de la Navidad y las fiestas de fin de año. Uno de los factores que más estrés causa es la elección de los regalos, especialmente los de los niños.
Es muy común oír que a los niños se les diga “si no te portás bien Papá Noel no te va a traer ningún regalo”. Usualmente uno suele decir este tipo de frases amenazadoras sin detenerse a reflexionar en los daños emocionales que se le puede provocar a los niños.
Para especialistas que tratan con los menores, hacer estas cosas puede darles a entender que “nuestro amor está sujeto a su comportamiento” y por ende, es muy probable que se genere un impacto negativo en la autoestima del niño.
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¿Por qué impactan negativamente estas frases?
Si uno les dice a los menores que los regalos están sujetos a su comportamiento es normal que ellos se angustien de pensar que si no se comportan de manera perfecta sus padres no los quieran. Además, estas angustias pueden fortalecerse a largo plazo y lograr que inconscientemente el niño no se pueda manifestar con naturalidad porque está pendiente de no decepcionar a sus familiares.
¿Qué hay que hacer entonces?
Lejos de castigar sus conductas o hacerlos sentir mal, hay que ir a la raíz del problema y comprender que en esos momentos es cuando más amor necesitan. Los niños miran a la figura de sus padres para aprender todas las cosas y si adquieren miedo se vuelven niños irracionales, tristes y con problemas de ansiedad.
Los padres deben de entender que cuando un pequeño se comporta mal o es rebelde, está manifestando problemas interiores y que lo peor que se le puede hacer es limitarlo o amenazarlo para que se porte bien.
La manera correcta de actuar según los especialistas es mediante la compañía y el amor. Les deben hacer entender que van a ser queridos aunque hagan berrinches y no sean perfectos; a largo plazo se van a sentir seguros de sí mismos y van a confiar en sus padres para cuando necesiten hablar.
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“Amor condicionado”
Inés Di Bártolo y Maritchu Seitún se refieren en su libro Apego y crianza (Grijalbo) al concepto de “amor condicionado” y sus consecuencias negativas en niños y niñas. Similar a lo que ya se mencionó, este amor está condicionado a la conducta de los pequeños, es decir, “te voy a amar solo si te portás bien”. En esta relación tanto padres como madres establecen ciertas reglas para que los chicos se porten bien. Aunque no se dan cuenta que de fondo, aquellas cláusulas son amenazas que generan miedos y angustias en los niños.
“Empieza a haber preocupación por ser querido, por ser aceptado, por complacer. Se pierde así esa despreocupación básica que es la base de la seguridad. La incondicionalidad libera de la preocupación de mantener el amor de los padres y permite a los hijos seguir con su programa de maduración independiente”, dijeron las psicólogas sobre las consecuencias del amor condicionado.
El impacto del sistema de premios y castigos en los niños
Emplear este método puede producir que los niños y las niñas se porten bien sólo para obtener un objeto, así no terminan comprendiendo la verdadera importancia de lo que es comportarse ni del valor de los regalos.
Los castigos generalmente suelen producir que emerja el temor hacia quien debiese ser la persona de sostén y seguridad
El mensaje oculto tras este sistema es el de “pórtense bien por miedo”. De esta manera los niños pierden la confianza en sus dos máximos exponentes en la vida, sus padres; no es raro pensar que luego surgen comportamientos peores y se debilita el vínculo con sus padres.
Darles regalos como parte del aprendizaje
La preparación para la época navideña se da en estos días así que si encontrás el regalo perfecto para tus hijos aprovecha esta oportunidad para reflexionar con los niños y niñas sobre el valor de los regalos y los vínculos.
En el momento de dar los regalos en la noche del 24 procurá que sea un acto de demostración de cariño y no un modo de manipular el comportamiento de los más pequeños. Así verás como con el paso del tiempo, su vínculo se afianza.
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