Plataformas y aplicaciones como Tinder han revolucionado la forma en que nos vinculamos y están marcando un antes y después en la manera en que las parejas inician una relación. Así lo revela un estudio realizado por investigadores de la universidad de Stanford, que describe la evolución del camino hacia una primera cita desde 1940 hasta hoy.
En 1940, el 80% de las parejas se conocía a través de la familia, los amigos, la escuela, la universidad. Hoy, el 67% se conoce a través de sitios o aplicaciones de citas o en bares, pero tras tener algún contacto digital
“Las citas a través de Internet han desplazado a los amigos y la familia de su rol de intermediarios en la formación de nuevas parejas”, explican.
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“Así es cómo (y dónde) se conocen las parejas hoy en día”, dice el estudio, y alumbra cómo las plataformas virtuales se han vuelto el espacio más importante para conocer a otro y buscar pareja. Según los expertos, estos espacios digitales han ido interpretando con mucha “inteligencia” no sólo los intereses y gustos de los usuarios sino, también, los múltiples factores que rigen la atracción y el amor.
Lo que está claro es que los sitios y aplicaciones de dating han revolucionado la forma en la que conectamos con posibles intereses románticos o sexuales. De hecho, Tinder ha registrado cerca de 300 millones de descargas y cuenta con más de 4 millones de suscriptores en todo el mundo.
Según la investigación de Michael Rosenfeld, Sonia Hausen y Reuben Thomas, de las universidades de Stanford y Nuevo México, en el año 1995 solo el 2% de los estadounidenses usaban herramientas online para buscar sexo y/o amor y un 20% se conocían en bares o restaurantes. Pero, Internet mediante, el uso de “métodos clásicos” (conocer gente a través de amigos, en la universidad o el trabajo) ha descendido notablemente y hoy los dispositivos móviles se han convertido en el “cupido” de los nuevos tiempos.
La “tinderización” del amor
Hace 15 años, quedar con alguien a quien habías conocido en un chat era una locura de la que muchos pensaban que no saldrías vivo; hoy Tinder es un medio tan habitual que no sólo goza de buena prensa sino que es un canal que disfrutan personas de edades muy diversas y con gustos e intereses de lo más amplios.
Una curiosidad que destaca el estudio es que los típicos relatos de “cómo nos conocimos” se han vuelto más breves que hace unos años. En 2009, las parejas usaban un promedio de 67 palabras para contar su historia y ahora solo necesitan 37.
Según los autores, lo que está claro es que “dejamos de ver la búsqueda del amor como algo social, que logramos a través de amigos o distintos lugares públicos, para concebirlo como algo individual, que podemos hacer desde casa, tirados en la cama y sentados en el sillón.
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