Cuando llegan los días fríos, calefaccionar adecuadamente el hogar o el lugar de trabajo se vuelve prioridad. Para sentirnos cómodos y a gusto, es clave elegir el sistema de climatización que mejor se adapte a tus necesidades y a tu bolsillo. Te contamos cuál es la diferencia entre caloventor y convector, dos de las opciones más populares por estos días.
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De nada sirve gastar en un equipo caro o de alto consumo si después no vamos a usarlo en todo su potencial para ahorrar electricidad. Por eso, antes de embarcarnos en una compra, es clave revisar las características de estos sistemas y conocer las diferencias entre caloventor y convector.
Al entender qué distingue a cada uno podrás tomar una decisión inteligente, evaluando el consumo eléctrico, las calorías, la temperatura que ofrecen y otras cuestiones claves.
Un caloventor es un pequeño electrodoméstico que transforma el aire frío en caliente y lo propaga de manera muy rápida mediante un ventilador ubicado en su interior.
Es uno de los dispositivos térmicos más económicos y accesibles. Funciona a base de energía eléctrica con un sistema 100% eficiente, es decir que toda la electricidad que consume la convierten en calor.
La ventaja principal de los caloventores es que consiguen elevar la temperatura del ambiente manteniendo el aire seco. Otro de sus puntos sobresalientes es que, al ser portátiles, son de fácil movilidad. No necesitan ningún tipo de instalación y son ideales para calentar habitaciones pequeñas.
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Hay diferentes tipos de caloventores y cada uno está diseñado para un determinado uso. Los más populares son:
Estos aparatos, a causa de su resistencia eléctrica y del ventilador que propaga el calor encerrado dentro de la carcasa, tienen un alto consumo eléctrico: 2000 watts por hora de funcionamiento. Por ello, se encuentran dentro del grupo de los electrodomésticos que mayor consumo generan, junto al aire acondicionado (1000Wh), el anafe eléctrico (1000 kWh) y el horno eléctrico (1040 kWh).
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Un convector eléctrico es un aparato que calienta directamente el aire que pasa a través de unas resistencias que se calientan utilizando la corriente eléctrica. A diferencia de los caloventores, no llevan ventiladores para propagar el calor.
Si bien el consumo energético no es muy grande, solo se recomiendan para usar en pequeñas superficies. Al igual que los caloventores, son artefactos móviles y, si la habitación es grande, probablemente no sean adecuados para cumplir su función de calefaccionar el espacio.
De todos modos, como resultado de la radiación calórica, el tipo de calor que genera es envolvente, lo que permitirá calefaccionar el ambiente por completo.
Dentro de los equipos que calefaccionan mediante convección, uno de los más llamativos es el vitroconvector. Diseñados para alcanzar el clima buscado y mantener siempre cálido el ambiente, estos equipos son una fusión de arte y funcionalidad. Utilizan el mismo sistema que los convectores con la diferencia de que poseen un elegante vidrio térmico que se encarga de emanar e inerciar el calor y les da a estos equipos una terminación muy agradable.
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Al igual que los convectores y los calefactores eléctricos, los vitroconvectores tienen un elevado rendimiento térmico sin consumo de oxígeno mediante el cual consiguen un rápido calentamiento del ambiente. Son seguros, silenciosos, no generan llama, tienen una vida útil prolongada y son muy fáciles de mantener.
La mayoría de las opiniones de los usuarios de estos equipos indican que su principal inconveniente es que no son eficaces para calentar grandes espacios. Sin embargo, quienes lo valoran positivamente sostienen que resultan óptimos para aclimatar los baños o incluso las cocinas.
Los expertos explican que es porque genera un tipo de calefacción que envuelve al ambiente por completo, algo que logra como resultado de un círculo virtuoso basado en tres pilares: los principios de convección, radiación y acumulación.
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