Los moldes de silicona para horno son una herramienta para la pastelería muy de moda hoy en día. Son bastante prácticos a la hora de desmoldar las preparaciones sin necesidad de tener que aplicar mucha fuerza. Pero también hay que saber cómo usarlos de la manera correcta y conocer los riesgos que conlleva.
Siempre es bueno plantearnos si los utensilios de cocina que utilizamos son del todo seguro a la hora de usarlos. Uno de estos casos es el de los moldes de silicona para hornear, tan prácticos e ideales para desmoldar postres pero también presentan sus desventajas.
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¿Pueden los moldes de silicona ser poco saludables? Los utensilios elaborados con elastómeros de silicona no son totalmente inertes. El contacto con alimentos grasos o aceitosos puede suponer una migración de las sustancias del molde al alimento, en especial cuando se somete a temperatura alta, si se compara con otros moldes como los metálicos.
Por otro lado, durante su uso se pueden formar compuestos orgánicos volátiles como los siloxanos. De hecho, para reducir el riesgo de que esto ocurra, después del proceso de fabricación de los moldes de silicona para hornear alimentos, se someten a un tratamiento térmico, un proceso que se conoce como post-curado y consiste en calentar a 200 °C durante al menos 4 h.
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Sin embargo, un estudio reciente elaborado por investigadores de la Universidad de Zaragoza que ha analizado moldes de silicona comercializados en el mercado español, ha servido para descubrir que no todos los moldes son iguales. Existen moldes que no han pasado el proceso de post-curado y esto podría representar un riesgo para la salud.
En caso de tener moldes de silicona en casa, no querer tirarlos a la basura y aprovechar su uso, hay que prestarle mucha atención a la etiqueta con las indicaciones de certificación de calidad por parte del fabricante, como los de silicona platino.
Si bien se han demostrado la presencia de sustancias preocupantes en los moldes de silicona para repostería (como naftaleno, bisfenol A, aminas aromáticas), todavía no existe una normativa que establezca límites que aseguren que los materiales en contacto con los alimentos no comporten riesgos para los consumidores.
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Una de las cosas que podemos hacer para disminuir el riegos al usar estos moldes de silicona es primero comprar moldes que estén certificados por la UE, y no de origen desconocido. También hay que fijarse que en el empaque tenga escrito la temperatura máxima a la que pueden exponerse, y respetar en el uso los límites de temperatura.
Por otro lado, antes de hornear por primera vez hay que lavar el molde y calentarlo durante dos horas a 200 grados sin contenido, para reducir más la cantidad de sustancias que se liberarán después al hornear con el alimento. Evitar colocar los moldes muy cerca de las paredes del horno es otra de las maneras de proteger el utensilio y evitar riesgos.
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Y una vez que veamos que los moldes de silicona que estuvimos usando comienzan a verse desgastados y su material de vea viejo, es momento de desecharlo.
En caso de querer buscar otras opciones a la hora de preparar los postres y las recetas dulces, los moldes de cristal y los de acero inoxidable son una opción menos riesgos que los de silicona e igual de beneficiosos.
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