¿Quién no ama un buen trozo de queso? Ya sea en una pizza, una tabla de quesos o simplemente acompañado de un buen vino, este delicioso manjar es un imprescindible en nuestras mesas. Pero, como todo buen alimento, el queso también tiene sus secretos para mantenerse fresco y delicioso.
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El truco está en saber cómo conservarlo para evitar que se eche a perder o, peor aún, que le salga ese indeseable moho que arruina su sabor. Aquí te contamos los mejores tips para que el queso se conserve en su punto perfecto y lo disfrutes por más tiempo.
Cómo conservar el queso: diferencias entre quesos duros y blandos
La durabilidad del queso depende en gran medida de su contenido de humedad. Los quesos duros, como el cheddar o el parmesano, tienen un bajo nivel de humedad, lo que los hace menos susceptibles al deterioro. Después de abrirse, pueden durar de tres a cuatro semanas si se almacenan correctamente. En cambio, los quesos blandos, como el Brie o la ricota, son más delicados y deben consumirse en un plazo de una a dos semanas tras ser abiertos.
¿Dónde y cómo almacenar el queso?
El lugar ideal para guardar el queso es el refrigerador, preferentemente en el cajón de frutas o en un compartimento especial para quesos, donde la temperatura se mantiene alrededor de los 37 °F (3 °C).
Una vez abierto, es recomendable evitar el uso de plástico para envolver el queso, especialmente en el caso de los quesos de mayor humedad. En su lugar, el papel encerado o el papel pergamino permiten que el queso respire y evitan que se seque. Para los quesos blandos, otra alternativa eficaz es almacenarlos en un recipiente hermético, que ayuda a mantener su frescura y textura.
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¿Es seguro congelar el queso?
Congelar el queso puede ser una solución para almacenarlo por periodos más largos, pero la textura es un factor a considerar. Los quesos duros o rallados se conservan bien en el congelador por hasta seis meses y son ideales para cocinar después de descongelarse. Los quesos blandos, aunque pueden congelarse, no suelen mantener su consistencia original, por lo que no es la mejor opción si se desean consumir directamente.
Qué hacer si aparece moho
El moho en el queso es una señal de advertencia, pero no siempre implica que todo el producto deba desecharse. En los quesos duros, es posible cortar el área afectada junto con al menos 1 pulgada adicional alrededor y debajo del moho para garantizar la seguridad. Sin embargo, en los quesos blandos, el moho tiende a propagarse más rápidamente debido a su alta humedad, por lo que es mejor descartarlos para evitar riesgos.
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Cuidar el queso es cuidar tu salud
Seguir estos simples consejos no solo ayudará a mantener el queso fresco por más tiempo, sino que también evitará el desperdicio y garantizará su seguridad para el consumo. Desde elegir el envoltorio adecuado hasta saber cuándo es seguro cortar o descartar, el almacenamiento correcto es esencial para disfrutar de este alimento al máximo.
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