Foto de Alizée Baudez en Unsplash
Una de las consecuencias más notables en la sociedad tras la pandemia por el COVID-19 es que millones de personas perdieron sus puestos de trabajos y una gran cantidad de empresas se fundieron.
Como alternativa, varias personas decidieron volcarse a los “microjobs“ que constan de trabajo online y freelance. Gracias a Internet varios recobraron una labor y empezaron a conseguir ingresos trabajando en el mundo digita tanto de manera nacional como internacional. En esta última el beneficio es aún mayor puesto que los trabajadores cobran en moneda extranjera.
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Se les llama así a todo tipo de tareas que requieren en parte de inteligencia “humana”, actividades para las que se necesita contratar instantáneamente y cuya resolución demora relativamente poco tiempo (entre 3 horas mínimo y máximo 2 días).
Uno de los pioneros en apostar a esta estrategia de labor fue el gigante de e-commerce, Amazon, que creó un servicio llamado Mechanical Turk para permitir que sus usuarios realicen ciertas tareas que una máquina es incapaz de realizar como lo pueden ser: verificar que la imagen de un producto en su plataforma sea la indicada o fuera de buena calidad, validar datos, responder encuestas y brindar atención directa al cliente.
Gracias al éxito que tuvo esta estrategia Amazon decidió asesorar a otras compañías que quisieran aprovechar los servicios de inteligencia humana sin necesidad de contratar personal. Como respuesta a todo esto surgió una competitividad de mercado en el que varias empresas ofrecen en la actualidad este tipo de empleos a personas de todo el planeta. Los únicos requisitos excluyentes son: tener una computadora y contar con conexión a Internet.
Existen varias plataformas online en las que se publican los avisos de búsqueda. Entre ellos están:
En estas plataformas para freelancers vas a poder encontrar cualquier variedad de funciones para hacer, por ejemplo, algunas pagan por responder encuestas, otras por buscar cosas en Internet, otras por brindar servicio de atención al cliente y muchas más opciones que parten desde cosas súper simples a tareas más complejas ¡hay para todos los gustos!
Sebastián Siseles, vicepresidente de Freelancer, ha contado que hoy en día la plataforma posee 500.000 empleados argentinos registrados y asegura que hallar trabajo online es rápido y sencillo, y que los proyectos se resuelven también en plazos muy cortos.
Además, Siseles destaca que desde la crisis sanitaria se ha visto un incremento del 50% en la registración de trabajadores autónomos que usan este tipo de plataformas para conseguir microjobs.
Entre las actividades que más se les pide a los freelancers se pueden encontrar tareas cortas de diseño como banners y arreglos; artículos cortos para blogs y sitios web; pequeños retoques de programación en micrositios; edición de videos cortos de menos de un minuto y similares.
También, para los especialistas, este tipo de trabajos nuevos que están surgiendo van a ser una tendencia que no va a parar de crecer ya que le permite a los trabajadores cobrar en moneda extranjera, trabajar desde su casa y organizarse sus propios tiempos.
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Ya te mencionamos que los cobros son en moneda extranjera, generalmente en dólares pero, ¿cómo hago para que me depositen y no sufrir problemas fiscales?
Muchos lo que hacen es que para no tener que pasar por ningún problema de regulaciones económicas se crean una cuenta en PayPal (plataforma online para realizar y recibir pagos) que es un proceso más simple que hacer todo el trámite burocrático en la cuenta del banco. La única desventaja de cobrar por Pay Pal es que al recibir el dinero estando en la Argentina, el monto sufrirá la pesificación con la cotización oficial que haya en ese momento.
De todas maneras Pay Pal no es la única plataforma que se puede usar para cobrar los microjobs, muchos hacen uso de novedosas plataformas como Airtm, Skrill, Neteller y Venmo. En estas podés disponer del dinero en la Argentina y pasarlo a pesos o mantenerlo en la cuenta y usarlo en el exterior o en gastos que tengas en dólares, así no sufrirás la pesificación.
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