La palabra “eclipse” proviene del latín “eclipsis”, que a su vez viene del griego “écleipsis”, que significa desaparición. Y esto es precisamente un eclipse: la desaparición transitoria total o parcial de un astro por interposición de otro cuerpo celeste ante los ojos de un observador.
Un eclipse solar, que ocurre durante la Luna Nueva, literalmente torna el día en noche. Un eclipse lunar, que ocurre en Luna Llena, parece borrar a la luna del cielo. Los eclipses son lunaciones especiales que se producen sobre la eclíptica, que es el “camino” del Sol en su paso por las diferentes constelaciones. Estos fenómenos ocurren todos los años, tanto de Sol como de Luna.
Podés leer: Calendario de eclipses 2020: días de alto voltaje emocional
La astrología se basa en la ley de correspondencia y analogía que reza la siguiente frase: “como es arriba es abajo, como es abajo es arriba para que perpetúe el milagro de la Unidad”, lo que significa que a un determinado evento celeste (macrocosmos) le corresponde otro igual con las mismas características y en el mismo sentido en la tierra (microcosmos).
Por corresponder el Sol y la Luna, a factores conscientes e inconscientes respectivamente, al opacarse u oscurecerse en un eclipse en cada caso generan un conflicto que provoca una movilización. La crisis en cuestión puede tener que ver con un reordenamiento, una reorganización, asuntos en la vida que requieran mayor atención y energía.
Un eclipse de Sol puede simbolizar la desaparición momentánea de nuestro potencial interior, sentimos ausencia de poder personal, de voluntad, de capacidad visualizar metas personales. En cambio, un eclipse lunar nos fuerza a comprobar nuestro pasado (Luna) a la luz de la experiencia actual y puede relacionarse con confusión y momentos particularmente propicios para esconder, ocultar, fomentar o expandir “sombras” de manifestación emocional.
Para la astrología, el Sol es el dador de vida y energía, su oscurecimiento en el cielo, aunque sea por una pequeña porción de tiempo como sucede en un eclipse, es una señal de ausencia da las mismas, existe una comprobada interacción entre los eclipses y desvitalización. Por esa razón, cuando nos afectan los eclipses de Sol, podemos sentirnos más cansados, estresados, fatigados o abatidos.
Durante los eclipses de Luna, nuestras emociones y sentimientos pueden desbordarse hasta un punto de ser percibidos claramente por los demás, pueden presentarse momentos de alteraciones, desorden, desconcierto o confusión y lo que parece ser en realidad no es.
También podés leer: Predicciones 2020: el horóscopo para cada signo
Es recomendable durante ese tiempo estar muy en contacto con nuestro Ser interno practicando actividades que se relacionen con la meditación, reflexión e introspección aprovechando la oportunidad para percibir nuestros condicionamientos y ataduras con el fin de elaborarlos y reorientar de esta manera nuestro camino explorando nuevas posibilidades.
En astrología consideramos que los eclipses afectan un determinado punto y su opuesto y, en el caso de estar afectado dicho eclipse por malos aspectos, también consideraremos éstos como puntos sensibilizados por el fenómeno celeste. En general, el efecto de un eclipse no se nota solamente en el momento de producirse el mismo. Desde la antigüedad se consideraba que un eclipse tenía vigencia hasta producirse el siguiente de la misma clase, por lo que probablemente notaremos sus efectos también cuando un planeta “activador” (generalmente Marte) toque el punto del eclipse, es por esa razón que, en ocasiones, los eclipses parecen no provocar nada hasta un tiempo después.
Hoy, nos ocuparemos del primer eclipse lunar que tendrá lugar el 10 de enero y será un eclipse penumbral de luna. Cuanto mayor es el oscurecimiento del luminar (Sol o Luna) eclipsado, mayores serán sus efectos, pero es importante resaltar que en este caso no se trata de un eclipse total.
Será importante qué punto o casa de la Carta natal toque el eclipse para conocer dónde pueden manifestarse más claramente sus consecuencias. La presencia de un eclipse en una determinada casa lleva a un primer plano los significados de esa casa.
Cuanto mayor es el oscurecimiento del luminar (Sol o Luna) eclipsado, mayores serán sus efectos
Podés leer: Horóscopo 2020: salud, dinero y amor para cada signo
El primer eclipse de la década se produce el 10 de enero en el grado 20° del eje Cáncer-Capricornio. Es un eclipse que “se las trae” estarán movilizados por el eclipse fundamentalmente las personas que hayan nacido en los días cercanos al 10 de enero y al 10 de julio o quienes tengan puntos sensibles en los primeros grados del tercer decanato de Cáncer, Capricornio, Aries o Libra ya que el eclipse activará los tránsitos de dos pesos “pesados” como son Saturno y Plutón, próximos a su conjunción partil (exacta) que se producirá el 12 de enero, acompañando un gran desbalance energético que se irá desarrollando durante los primeros meses del 2020 con un gran stellium en Capricornio.
La conjunción de Saturno con Plutón marca generalmente crisis de limitación y contracción, estos tránsitos tienen un carácter opresivo-restrictivo asociado con la finalización de alguna etapa en la vida. Un período de pruebas y tensiones. A menudo ocurre que los problemas económicos aquejan ya que hay que asumir más responsabilidades. Las restricciones de Saturno impuestas a las energías de Plutón pueden resultar peligrosas porque pueden hacer que algo estalle de acuerdo con las circunstancias. Una manera de descargar positivamente esta energía es tratar de producir un cambio de estructura en la vida.
Podés leer: Cómo limpiar energías negativas del cuerpo
Como en todas las Lunas Llenas, durante este eclipse de Luna, nuestras reacciones serán más instintivas y viscerales y los efectos sobre el organismo serán más directos, con mayor tendencia a los trastornos psico-somáticos, por lo que será recomendable nos ocupemos de relajarnos. Un eclipse lunar (en Luna Llena) marca finales, el tiempo de conclusión o de culminación de ciertos acontecimientos. Si conseguimos sosegar nuestra mente, nuestro cuerpo estará más flexible, liviano y viceversa. En los eclipses de Luna hay que recordar que hay que trabajar sobre nuestras emociones enfocando nuestra conciencia (quien realmente somos) a un “espacio sin mente”, nuestro Yo Interior, nuestra verdadera esencia.
Hay que recordar que, durante los eclipses, como en toda crisis de reordenamiento se presenta la oportunidad de liberarnos de lazos negativos para alinearnos de otro modo al examinar y sondear nuestro interior buscando nuevos caminos y posibilidades. Cuando se puede ser consciente de los procesos internos de nuestra mente, cuerpo y emociones, se pueden dirigir las energías a donde más se necesitan.
Leé más: Qué es la carta astral: por qué es clave el momento en que naciste
Si llegaste hasta acá, tal vez podría interesarte:
Utilizamos cookies de terceros para mostrar publicidad relacionada con tus preferencias. Si continúas navegando consideramos que acepta el uso de cookies. Puede obtener más información en:
Politica de Privacidad