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Cuidados de la piel todo el año: consejos

La limpieza diaria y una adecuada hidratación ayudan a mantener tu piel sana y linda. Los productos para cada tipo de piel y para cada problema dérmico, acompañados de buenos hábitos, son claves para sentirnos radiantes frente al espejo.

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Cuando pensamos en la piel, más de una vez reducimos su cuidado a lo estético, pero para mantener un rostro fresco y saludable tenemos que ir más allá de lo que se ve y ser metódicos en algunos hábitos cotidianos. De esa manera, desde el equilibrio entre salud y belleza, encontraremos en el espejo la mejor versión de nosotros mismos. Compartimos algunos consejos sobre el cuidado de la piel todo el año para prevenir el envejecimiento prematuro.

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Cuidado de la piel todo el año

No es difícil: sólo hay que incorporar ciertas rutinas, que no llevan más de quince minutos diarios.

Los dermatólogos sostienen que una limpieza diaria, pero suave, y un buen cuidado hidratante son los ejes para mantener tu piel sana. Los productos para el cuidado de la piel, elegidos para adaptarse al tipo de piel específico, pueden proteger frente a influencias externas agresivas, como el sol, los climas calientes y fríos y la contaminación atmosférica.

Además, contribuyen a calmar la piel irritada, restablecer en ella un estado sano y evitar la aparición de enfermedades cutáneas.

Ya sea que tu piel sea normal, seca o extra seca, te contamos las claves para cuidar tu piel, evitar la resequedad y tirantez y retrasar el envejecimiento.

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Consejos para cuidar la piel

El cuidado de la piel siempre es integral, desde adentro hacia afuera. Según los especialistas, “la piel es un reflejo de cómo estamos a nivel físico y espiritual”. Por lo tanto, muchas de nuestras acciones cotidianas pueden incidir en la salud o el aspecto de la piel. Algunas claves:

  • No fumar, tomar mucho líquido y proteger la piel del sol son tres pilares de una dermis saludable.
  • Sos lo que comés: alimentate bien. Llevar una dieta saludable es fundamental; si tu alimentación se basa en comida rápida, azúcares y grasas repercutirá en tu cutis. Lo mejor es incluir en nuestra dieta alimentos ricos en antioxidantes, como semillas (de lino y de girasol), frutas (frutillas, arándanos, moras y ciruelas), tomates y morrones rojos, batata, yogur, salmón y espinaca.
  • Descansá: hay que dormir entre 7 y 8 horas diarias, ya que es el tiempo que el cuerpo necesita para recuperarse de las actividades realizadas durante la jornada. Además de recargar energía y reparar los músculos, al dormir se reparan y crean nuevos tejidos y células. Es por eso que cuando se reduce el tiempo de sueño, tanto en calidad como en cantidad, el cutis lo resiente.
  • Tomá mucha agua: es algo primordial para la salud. Hay que tomar, al menos, dos litros al día. Además de ser refrescante, aporta humectación a la piel, lo que logra prevenir las arrugas y la flacidez.
  • ¡Fuera el estrés! Es malo para la salud en todos los planos, pero, en el caso específico de la piel, puede provocar que la misma se vea apagada, reseca y arrugada. Relajar nos enciende y nos ilumina.
  • Hacé ejercicio: hacer ejercicio regularmente nutre la piel con oxígeno, mientras que transpirar ayuda a eliminar toxinas.
  • Pasá más tiempo al aire libre: si hay algo que no es saludable para la piel es vivir encerrados en el hogar o en la oficina. El aire puro y la vitamina D que aporta el sol son claves para una piel saludable.

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La limpieza facial

Una limpieza cuidadosa es el primer paso para el cuidado de la piel eficaz. La limpieza elimina la suciedad, el sudor, el sebo y el maquillaje y prepara la piel para el cuidado. Además, la piel limpia tiene mayor capacidad de absorber los componentes activos de los productos para el cuidado.

Hay que higienizar la piel del rostro a la mañana y a la noche. La piel produce sebo a medida que se regenera durante las horas de sueño. La limpieza de cada mañana elimina este sebo y asegura que la piel esté lista para el cuidado de día.

Al final del día, antes de ir a dormir, también hay que dejar la piel limpia de toxinas. Lo que hay que hacer es lavarla, usando agua fresca o una crema de limpieza y, al menos una vez por semana, exfoliar la piel para eliminar las impurezas y la oleosidad.

Con estos simples pasos se logrará tener una piel más fresca, natural y libre de arrugas o granos. Hay muchos productos para la higiene diaria, desde toallitas desmaquillantes, pasando por cremas, agua y jabón neutro, hasta agua micelar, entre otras cosas.

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El poder de la hidratación

Luego de la limpieza llega la hora de mimar la piel. El primer paso es humectar. ¡Hidratate siempre! No esperes a que los efectos de la deshidratación sean visibles. Como en el resto del organismo, la presencia de agua es una condición esencial para lucir una piel sana y saludable. No todas las pieles son iguales, ni tampoco cada zona del cuerpo tiene las mismas características, por lo que requieren de una hidratación específica. Algunos consejos:

  • Es aconsejable cuidar la humectación de la piel y ayudarla a recuperarse de la exposición permanente a los factores externos, tales como los cambios drásticos de temperatura, el contacto prolongado con el agua y el cloro, entre otros.
  • La piel deshidratada se vuelve opaca, poco flexible y pierde en parte su capacidad de funcionar como barrera protectora frente a los diferentes factores externos. La función de los productos hidratantes es devolverle a la piel su correcta funcionalidad y aspecto.
  • Es clave tener en cuenta que la buena hidratación es sectorizada: la piel de cada zona del cuerpo tiene características especiales, que están dadas por la genética y por el grado de exposición al medio ambiente que sufren. Por eso, es fundamental tener en cuenta cómo, cuándo y dónde focalizar la humectación para lograr resultados óptimos.

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A su vez, identificar tu tipo de piel: la humectación varía según la tendencia y la piel de cada una. Conocé cómo humectarla según tu tipo:

  • Piel normal: lo que se requiere en este tipo de piel es solo mantener y proteger su salud. Es decir, no se necesita nada más que una hidratación pasiva. Pero eso no significa que no sea útil ayudarla con algunos hidratantes con aloe vera, con vitamina E y/o vitamina A.
  • Piel seca o extra seca: la piel seca es un estado muy común que puede presentarse en forma crónica o transitoria. Se presenta áspera, escamosa y pueden aparecer estados de descamación leves o intensos que alteran el aspecto normal, mostrándola ajada, despulida y áspera al tacto. La forma más efectiva para mejorar la piel seca es, primero, detectar la causa que la provoca para evitarla. Luego, el uso de cremas y emulsiones es clave. Recordá aplicar la emulsión dos veces al día, para aportarle a la piel los lípidos necesarios y retener el agua evitando su deshidratación.

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Tips para una piel saludable

  • Usá cremas: no lo veas como un lujo, sino como una necesidad. La piel necesita cremas o lociones que se deben usar a diario. Cada tipo de piel y cada edad tienen necesidades especiales.
  • Nutrí la piel: luego de limpiarla, es necesario nutrir la piel y, para ello, lo mejor es aplicar, una o dos veces por semana, una mascarilla rica en antioxidantes, que ayudará a combatir los radicales libres y a minimizar los efectos nocivos de los factores externos.
  • Usá buenos productos de maquillaje: seguir las últimas tendencias en maquillaje es un buen hobby femenino, pero no uses cualquier cosa. Invertí en productos de calidad para cuidar tu piel mientras te ponés linda. Si querés consejos sobre cómo ponerte más linda, leé esta nota.
  • Usá protector solar: un poco de sol es bueno para la salud, ya que aumenta la producción de vitamina D y suma un poco de color al rostro. Sin embargo, la exposición excesiva y sin protección es un gran riesgo que mejor no correr. Es clave usar todos los días un protector solar contra los rayos UVA y UVB, no importa que sea invierno o esté nublado. Y lo más importante es evitar tomar sol en las horas más peligrosas.

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